Para bien o para mal, poco más de seis meses después de que finalizó el segundo proyecto perteneciente al sello “Fábrica de Sueños” de Televisa, mañana se estrena el tercero, y quizás el último.

Nos referimos a la tercera versión de “Rubí”, producción de Lemon Films con Camila Sodi en el papel que hizo su respectiva historia en la pantalla chica primeramente Fanny Cano a finales de los años 60 y Bárbara Mori a principios del nuevo milenio, pero quien ahora además de tener el reto de superar o cuando menos igualar el trabajo que aquellas dos hicieron, carga con la responsabilidad de dar una último intento a la adaptación a miniseries de clásicos del género de la telenovela del pasado dentro de la serie denominada “Fábrica de Sueños” que tuvo un primer producto muy exitoso en septiembre del 2019 con “La Usurpadora”, producción de Carmen Armendáriz, pero que “se desinfló” con el siguiente estrenado a finales de octubre que fue “Cuna de Lobos”, producida por Giselle González.

Lo más triste del caso es que previo a la contingencia sanitaria que prácticamente obligó a Televisa a posponer las grabaciones, y por lo tanto el estreno de la telenovela en el horario estelar “Imperio de Mentiras”, producción de la mencionada Giselle González que iba a sustituir a finales de abril la tercera temporada de la serie “Sin Miedo a la Verdad”, la empresa prefirió reestrenar como ya fuimos testigos dos series biográficas que le dieron muy buenos resultados de audiencia en su primera trasmisión como “Silvia Pinal, frente a ti” y “Hoy voy a cambiar” en lugar de estrenar esta tercera “Rubí” debido a que la cadena Univisión en Estados Unidos la estrenó en enero pasado con todavía más desafortunados resultados que la más reciente versión de “Cuna de Lobos”.

El principal problema de la nueva “Rubí” no solo es que a Camila Sodi le quedan muy grandes los zapatos del personaje creado por su autora Yolanda Vargas Dulché, sino la adaptación “libre” que se hizo de la historia que si bien tiene un muy atractivo inicio con una reportera (Ela Velden) que es citada por una dizque envejecida Rubí (Camila Sodi) para contarle la historia que la convirtió en “una leyenda” no solo en México sino en el resto del mundo… el primer gran error de la historia es que a partir de entonces se mueve en dos tiempos, en un futuro que si es actual como se presenta es en el 2020 y el del pasado de 20 años antes (que de ser así todo lo que ocurre es alrededor de los años en que se realizó la segunda versión televisiva del 2004) no checa en modas, ambientación y realidad general de la época.

A eso hay que agregar un muy desbalanceado reparto después de la Sodi, ya que si bien están muy bien “el ajonjolí de todos los moles” que es José Ron como el galán principal y Kimberly Dos Santos (“Por Amar sin Ley”) como la lisiada Maribel, quien complementa el “cuadrángulo amoroso” es el actor argentino Rodrigo Guirao Díaz (“Señora Acero”), histrión que con su sobreactuación como Héctor dista mucho del mismo personaje que hizo un compatriota suyo como Sebastián Rulli en la versión anterior y cuya trayectoria a partir de entonces, cuando menos en telenovelas, fue en ascenso. A su consideración.