México, D.F..- Persecución. Amenazas. Muerte. Esta vez las palabras resuenan en México sin estar ligadas ni a matanzas ni a desapariciones de estudiantes, sino al periodismo y a la libertad de prensa, un clamor provocado por el asesinato del fotógrafo Rubén Espinosa el pasado viernes en la capital del país.

Una vivienda en un barrio de clase media del Distrito Federal fue el escenario del homicidio múltiple de Espinosa (31), de su amiga y compañera de activismo en el estado de Veracruz Nadia Vera (32), y de otras tres mujeres que, según versiones de prensa, serían dos compañeras de piso de Vera, una de ellas colombiana, y una empleada doméstica.

Los cuerpos fueron hallados el fin de semana con signos de tortura y disparos en la cabeza. Algunos medios e incluso la Oficina para los Derechos Humanos de Naciones Unidas sostienen que los cadáveres de las dos compañeras de Vera fueron encontrados maniatados y con señales de abuso sexual, motivo por el que han solicitado se investigue el homicidio desde una perspectiva de género.

Las autoridades mexicanas aún investigan el motivo del crimen, pero las denuncias previas de Espinosa en Veracruz por supuestas amenazas en su contra suponen para diversas organizaciones y colectivos civiles que se trata de un delito contra la libertad de prensa.

Si bien la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) ha señalado que no descarta ninguna línea de investigación, y que los indicios, como el saqueo de la vivienda, apuntan a un robo, el asesinato de Espinosa, que trabajaba para la revista "Proceso" y la agencia "Claroscuro", ha calado profundamente en el círculo periodístico, que solía ver en Ciudad de México un refugio para escapar de las amenazas de muerte.

"La violencia en el Distrito Federal es constante, pero se debe diferenciar entre la delincuencia común y un homicidio basado en la actividad periodística", dijo a dpa el director de la ONG Article 19 en México, Darío Ramírez, quien dijo además que primero se deben esclarecer los motivos del crimen.

El caso ya tiene un detenido, que ha confesado su participación en el homicidio múltiple. El hombre, cuyo nombre no ha sido revelado, fue identificado por una huella dactilar encontrada en el domicilio y es uno de los tres sospechosos que fueron captados por una videocámara de vigilancia cuando salían del lugar de los hechos el viernes 31 de julio.

Pero no sería la primera vez que durante las indagaciones de este tipo de crímenes aparecen presuntos autoinculpados. En 2012 un sospechoso se declaró culpable del asesinato de la periodista Regina Martínez, también corresponsal en Veracruz de "Proceso". No obstante, la versión fue retirada luego de que el sospechoso acusara a oficiales de haberlo torturado para mentir e inculparse.

"Hay varios antecedentes donde la averiguación previa es precaria y se basa en dichos y autoinculpaciones. Esto no quiere decir que este detenido (por el caso de Espinosa) no sea responsable, pero si tomamos en cuenta el contexto, se debe ser transparente sobre cómo se llegó a esa conclusión y a la declaración", sostuvo al respecto Ramírez.

El contexto al que se refiere es el activismo de Espinosa y de Vera en la comunidad veracruzana de Xalapa. El reportero gráfico fotografió el 5 de junio cómo un grupo de encapuchados golpeaba con bates de béisbol a estudiantes universitarios en esa ciudad. Luego de eso, según comentan sus conocidos, notó que lo seguían y decidió trasladarse a la capital.

"No quiero ser el número 13", dijo en algún momento a sus amigos antes de decidir viajar al Distrito Federal, en referencia al número de periodistas asesinados en Veracruz desde 2010, cuando el actual gobernador Javier Duarte tomó el cargo. Hasta el momento, la cifra asciende a 14, según Article 19.

Espinosa solía cubrir movimientos y protestas sociales. Así conoció a Vera, organizadora de numerosas movilizaciones contra el gobierno de Veracruz por las muertes de periodistas. El estado, en la costa del Golfo de México, es el lugar más peligroso del país para ejercer el periodismo, según numerosas organizaciones como Article 19, Amnistía Internacional y el Comité para la Defensa del Periodismo (CPJ), con sede en Nueva York.

"La exigencia siempre ha sido que el caso es complejo por la historia de Nadia y Rubén en Veracruz, así que la línea de investigación principal debe ir por ahí", sostuvo Ramírez.

El titular de la PGJDF, Rodolfo Ríos Garza, dijo que obtuvieron testimonios de las autoridades veracruzanas y han solicitado las denuncias existentes por parte de Espinosa en ese estado. Asimismo, su dependencia ha realizado más de 80 peritajes y recabado los testimonios de una veintena de personas sobre el caso.

"Vamos a esclarecer este hecho muy lamentable para toda la sociedad de la Ciudad de México", dijo el procurador.

En el Índice Mundial de Libertad de Prensa de Reporteros sin Fronteras, México ocupa el puesto 148 de 180 países. "Ya es hora de que las autoridades federales y locales adopten las medidas necesarias para combatir la grave crisis de libertad de prensa que atraviesa México", dijo en un comunicado la CPJ.

Comunicado Procuraduría de Justicia del Distrito Federal

Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (Comunicado)

Comunicado Comité para la Defensa del Periodismo: http://dpaq.de/6jHn3

Oficina para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas: http://dpaq.de/cLbjS

Por Carmen Peña/DPA