Es la tarde del 17 de enero de 1974, una asamblea se desarrolla en el patio del CCH Naucalpan contra la destitución de un trabajador sindicalista. En el mitin -al que acuden 150 personas, entre académicos, trabajadores y estudiantes- sobresale una joven de 17 años, quien al tomar el micrófono, al lado de líderes del sindicato universitario, exige la reinstalación inmediata del trabajador cesado. Su nombre: Rosario Robles Berlanga.

Como este reporte, medio millar de documentos detallan el activismo que Rosario Robles realizó como estudiante del CCH y en la Facultad de Economía de la UNAM. 

En el expediente ubicado en la caja 326 del Archivo General de la Nación (AGN) y al cual tuvo acceso EL UNIVERSAL se da cuenta del apoyo que Robles Berlanga daba a diversas causas: desde solidarizarse con trabajadores en huelga en Guerrero hasta defender los programas de estudio de corte marxista o “volantear” contra las autoridades universitarias. 

Entre los reportes de espionaje hechos a Rosario Robles entre 1974 y 1979 destacan sus acciones para exigir la destitución del entonces rector de la Universidad Nacional, Guillermo Soberón, los festivales de música de protesta que encabezaba en Ciudad Universitaria y la forma en que encabezaba los contingentes estudiantiles en las marchas que recordaban los hechos del 2 de octubre de 1968 o el “Halconazo” del 10 de junio de 1971. 

En el reporte del 14 de junio de 1974 elementos de la DFS indicaron que Rosario Robles, junto con su hermano Francisco, encabezaron el cierre de la Facultad de Economía, pues exigían la destitución de la directora del plantel ya que aseguraban que ésta se había caracterizado por su antidemocracia. 

En otro reporte sin fecha, se indica que la extitular de Sedesol, como militante y dirigente de la Organización Izquierda Revolucionaria vendió en la Facultad de Economía el panfleto Espartaco, en el que se divulgaba información de corte maoista, como desalojo de invasores, situación de trabajadores telefonistas y las luchas campesinas en Chiapas.