Roja al Verde

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Roja al Verde

Mientras buena parte del planeta se moviliza en la cruzada contra el cambio climático, el Partido Verde Ecologista de México sigue contaminando la democracia mexicana. Desde la elección es protegido de Morena. 

Las llamas consumen los bosques de la costa oeste de Estados Unidos, Canadá y las estepas siberianas. Partes de Alemania y Bélgica se inundan por lluvias sin precedentes y otras partes del mundo padecen calores extremos, sequías, tempestades. Entre las medidas anunciadas por Estados Unidos y la Unión Europea está la imposición de un impuesto especial a una lista de bienes provenientes de países, como México, poco comprometidos con la protección del medio ambiente.

En nuestro país hay una franja social consciente y preocupada por el cambio climático. Influyen poco por la indolencia institucional. En junio pasado el Presidente aseguró que a su gobierno le “importa mucho” el medio ambiente. La realidad lo contradice: 36 defensores del ambiente han sido asesinados entre 2019 y 2021 y sus casos siguen en la impunidad, recortaron el presupuesto a los organismos medioambientales hasta en un 37 por ciento y, en abril, el Presidente mexicano desairó a los participantes en la Cumbre del Cambio Climático convocada por Joe Biden. López Obrador sólo escuchó a Biden, luego dejó al Canciller Marcelo Ebrard frente a la pantalla para reaparecer cuando le tocaba el turno.

Pero la contradicción principal de la 4T y de Morena es su estrecha alianza con el Partido Verde, paria del ambientalismo mundial y paradigma de las simulaciones y el tráfico de influencias. Es revelador de las dificultades para digerirlo que en 654 mañaneras el Presidente ha mencionado el “medio ambiente” en 311 ocasiones y al Verde sólo ¡en trece (cifras cortesía de SPIN)!

Una vacilación comprensible porque entre 2010 y 2021 el Verde ha recibido 4 mil 281 millones de pesos de prerrogativas federales (habría que sumar las estatales). ¿Qué ha entregado al País o a la democracia? Nunca he escuchado que se asocie al Verde en alguna de las múltiples batallas por el ambiente que se libran. En la memoria sólo aparece una cadena interminable de escándalos e irregularidades y una tramposa forma de hacer política pública.

Sería deseable que el Verde estuviera ahora metido en una campaña contra el uso del combustóleo en la refinería de la CFE en Tula; las emisiones envenenan el aire de la capital. El activismo del Verde es muy limitado. Se constriñe a recomendar a otros lo que deben hacer. En abril pasado propusieron a la Sedena crear las “Fuerzas Especiales Ambientales” porque con eso, dicen, se “disminuirían los delitos ambientales”.

Tengo mucho tiempo convencido de que el Verde es una anomalía y un lastre para la democracia mexicana. En abril de 2015 fui una de las 22 personas que presentaron una petición al Consejo General del Instituto Federal Electoral para que le retiraran el registro al Verde. Nos respaldaron 139 mil 432 firmas reunidas a través de Change.org. El Consejo bateó nuestra petición argumentando que las urnas son las que deciden si conceden o quitan el registro. Apelamos y el Tribunal les refrendó el registro.

Y ahí están haciendo de las suyas. El pasado seis de junio había veda preelectoral. Pese a ello, volvieron a sacar a un grupo de “influencers” que pedían el voto para el Verde. Por tratarse de una ilegalidad, el INE inició una investigación y, en ese momento, Mónica Tapia, Martha Tagle, Alfredo Lecona y otros rescataron la petición del 2015 y la remozaron. Este 20 de julio la presentaron ante el Consejo General del INE, mientras reabrían la colecta de firmas digitales utilizando, para ello, la antigua petición de Change.org.

Respaldo esta iniciativa ciudadana porque el Verde viola de manera reiterada y sistemática la normativa electoral y por su escaso compromiso con la lucha medioambiental en un momento crucial. Se les critica con frecuencia y muy de cuando en cuando son sancionados por las autoridades electorales. Pagan las multas y continúan haciendo lo mismo de siempre: beneficiarse de las fortunas que reciben de prerrogativas oficiales. ¿Hasta cuándo los padeceremos?

Invito a firmar en Change.org la petición al INE de que muestre la tarjeta roja al Verde. Es un partido nocivo para la ecología y la limpieza electoral (http://chng.it/6HSCfkz4).