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Rodeados de magia negra, los hechizos y devoción en culto a la muerte
Saltillo.- A unos metros de la entrada del panteón Santiago están arrinconadas dos pequeñas esculturas y un cuadro de madera desgastado donde se alcanza a distinguir la figura de la Santa Muerte. Adela, una mujer que proviene de una familia de curanderos zacatecanos, lanza una advertencia a las personas que abandonaron las imágenes: “Les puede caer una maldición, eso va en contra de esas leyes”.
Otra mujer que ha ido al panteón a conocer leyendas y mitos que se cuentan en el Día de Muertos, pregunta a la curandera qué se debe de hacer cuando las personas dejan de querer a la Santa Muerte en su casa o en su negocio.
Adela, firme, responde:
—Volteando hacia el norte, le pones un vaso de agua, un puñado de semillas, le das las gracias y jamás le vuelvas a pedir un favor. Pero no la abandones, no la tires.
Algunos devotos de la Santa Muerte, o “La Niña Hermosa” como también la llaman, dicen que es la santa más milagrosa, rápida y efectiva que existe, pero si no cumples tu promesa, también es la más vengativa.
En el recorrido del cementerio fundado a principios del siglo pasado, Adela dice que así como “La Niña Hermosa” da, también quita, pero respeta a la familia.
—Ella es muy celosa. Si usted la va a adorar, adelante, pero si después la rechaza, ella se venga en lo económico o en la salud. Pero respeta a los niños y familiares, eso de que se los lleva es un mito. Ahora sí que te pega en el bolsillo.
También presume de haber tenido contacto con ella a través de sueños vívidos. La primera vez que se le manifestó fue cuando era pequeña y que la acariciaba. —Yo le decía: ‘te quiero mucho’. Escuche su voz, y con una voz muy delgada, como si fuera de una señorita, ella respondió: ‘yo también’.
Mientras esta mujer de 57 años camina entre los senderos de las lápidas, alcanza a ver cómo algunas han sido están destruidas, como si hubieran intentado profanarlas. De los floreros de cantera saca unas ocho fotografías arrugadas que quedaron a medio quemar. A simple vista, pareciera como si todas las personas que aparecen en las imágenes recortadas en silueta formaran parte de la misma familia.
—La gente que hizo esto vino a hacer trabajos para que las personas (de las fotografías) se mueran o les vaya mal.
LOS TRABAJOS DE MAGIA NEGRA
Adela mete una de sus manos a los floreros, saca restos de veladoras y frascos, con los que dice, se practica la magia negra en los panteones para maldecir a la gente.
Para hacer un trabajo de magia negra, según la curandera, se utilizan orines, éter, yodo, monos con alfileres, polvos, cal. Inclusive asafétida, una resina de una planta originaria de la India, que puede servir para practicar la brujería y “placear a la gente”.
Nueve días son suficientes para que los efectos del hechizo hagan efecto, pues las personas a quienes les hacen el conjuro caen en cama y empiezan a tener un tono amarillento en la piel, sin que la ciencia dé explicación a una enfermedad.
—Pueden ser cuarenta días en los que ellos mueran. Por eso se le dice “placear”, porque quien hace el trabajo pone un plazo para que esa persona muera.
TAMBIÉN EXISTEN ANTÍDOTOS
Para revertir un trabajo de magia negra, Adela recomienda, hacerse limpias especiales rezando de los pies a la cabeza con un puñado de siete chiles mulatos a las 12 del día. Al terminar deberán quemarse cuando se haya terminado de rezar y una vez alterado el conjuro, las personas que lo hicieron, están condenados a sufrir la maldición.
—¿Pueden morir?
—¡Claro! Si ellos así lo desearon, puede suceder.
Para hacer algunos trabajos también necesita tierra sacada de las sepulturas, pero no de cualquier tumba, busca de personas que hayan sido asesinadas, se hayan quitado la vida o —en vida— fueron muy peleoneros.
—Esta tierra sirve para hacer trabajos de destierro, salación o para provocar un accidente a alguien. Porque ahí quedó su vestido, lleno de maldiciones, ahí quedó su karma.
Adela cree que los muertos pueden comunicarse a través de los sueños, siluetas, ruidos aunque no a través de voces y dice que es común que lo hagan, generalmente, en estas fechas en que se conmemora su día.