‘Robo honesto’ y rapiña total
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‘Robo honesto’ y rapiña total
Hasta en las democracias más avanzadas como la de Estados Unidos se toleró la existencia de cierta corrupción, una especie de tolerancia para el uso de recursos públicos en beneficio de las maquinarias de partido y para premiar en lo particular a políticos destacados. Asimismo en México hubo “cajas chicas” para financiar elecciones, como Banrural, Pemex o la Lotería Nacional. Ahora están de moda las empresas fantasmas.
George Plunkitt fue un destacado socio del Tammany Hall, organización política adherente del Partido Demócrata en Nueva York, como una especie de CNOP para dicho partido, que utilizaba dinero público para una red de líderes políticos “mapaches” (como lideresas de colonias), entre ellos el tal Plunkitt, que fue quien acuñó la expresión de honest graft, algo así como la “corrupción honesta”, por el uso del erario para aceitar la maquinaria partidista y al hecho de hacer fortuna al amparo del poder.
Hoy vemos cómo ese honest graft se ha topado de frente con una ola de moralidad que ha surgido por el mundo, menos en México, donde nunca ha existido la “corrupción honesta”, sino la rapiña total.
En España, durante el Gobierno de derechas de José María Aznar estalló el caso Gurtel, un escándalo de corrupción del Partido Popular con empresas fantasmas y lavado de dinero. Ya hay presos condenados por esos delitos.
Es la misma situación que enfrenta el izquierdista Ignacio “Lula” da Silva en Brasil, expresidente condenado a prisión por “corrupción pasiva”, o sea, por “aceitar” al Partido del Trabajo con dinero ilegal.
Asimismo en Francia sucedió la detención policial del expresidente derechista Nicolás Sarkozy, acusado de financiar con dinero ilícito su campaña electoral del 2007.
Caso actual del presidente peruano Pedro Kuczynsky, implicado en la trama Odebrecht, la principal corruptora de políticos latinoamericanos desde los tiempos de la United Fruit Company (UFC), la que a principios del siglo pasado dio origen al ominoso calificativo de “repúblicas bananeras”, que eran los países a los que la UFC de facto gobernaba.
El principio corruptor y de injerencia electoral entre la bananera UFC y la transnacional Odebrecht es el mismo. Claro, la United Fruit fue más violenta al ordenar represiones militares. En 1928 la UFC organizó los comicios en Nicaragua. El ejército gringo cuidó todas las casillas y los candidatos de la bananera ganaron las elecciones. Poco tiempo después, en 1934, el opositor César Augusto Sandino era asesinado por consigna de la frutera y los gringos.
Odebrecht sobornó a funcionarios de 12 países (México, entre ellos) para influir en elecciones y ganar ventajosos contratos. Muchos de esos funcionarios (algunos expresidentes) ya están en la cárcel, menos en México.
La paradoja está en que aquí, a pesar de tantas instancias anticorrupción, es donde más imperan las corruptelas y la impunidad. Pero ya lo sabíamos por Tácito desde la antigua Roma, quien acertó al decir que los Estados más corruptos son aquellos donde más abundan las leyes. Y Coahuila no es la excepción, poco nos falta para que Marucha, doña Gabriela, Lito, Chuy Ochoa, Evaristo Madero, “el Coco” Dávila, Torres López y “la Chopa” dirijan el Sistema Estatal Anticorrupción. Amos de la rapiña total.