Torreón, Coahuila. - Reyes Flores Hurtado, delegado del gobierno federal en Coahuila, dijo que la investigación sobre el robo de medicamento y falsificación de recetas en la Unidad de Medicina Familiar No. 16 del Instituto Mexicano del Seguro Social en esta ciudad, está siendo investigado por la Fiscalía General de la República y no por el Poder Ejecutivo.

Comentó que el robo de medicamento era un “secreto a voces” y una acción que se realizaba desde hace muchos años atrás, cuyo monto no ha sido cuantificado, pero que fácilmente puede ascender a más de 300 millones de pesos.

Aseguró que actualmente el combate al tema de la corrupción es indiscutible, las indagatorias han tomado su curso, una vez que las denuncias fueron presentadas, incluso en contra de los dirigentes sindicales y tendrán que arrojar resultados para presentar a los culpables.

La forma cómo se venía operando en el robo de medicamentos la conocían los encargados del área y sabían del desabasto que ocasionaban y del daño al patrimonio del IMSS.

Comentó que lo que el gobierno federal espera es que se fijen las responsabilidades a todos los involucrados, la responsabilidad del gobierno mexicano es un combate frontal a la corrupción y es lo que se está haciendo.

Por su parte, el director de la clínica 16 del IMSS, Pablo Francisco Linares, ratificó que efectivamente se encontraron 60 mil recetas y 216 recetarios, cuyo peritaje de tipografía, color, diseño y tinta y se confirmó que habían sido elaboradas con materiales distintos a los originales, de lo cual se informó a las oficinas centrales y se interpone la denuncia correspondiente.

También se pudo confirmar que muchas de esas recetas fueron canjeadas por medicamentos en farmacias del IMSS.

Las recetas originales llegan a las delegaciones de las oficinas centrales del IMSS en la Ciudad de México y de ahí se despesar a los nosocomios y unidades de medicina familiar, a efecto de distribuirlas a los médicos para que extiendan las recetas a los derechohabientes.

El facultativo dijo desconocer exactamente en qué punto imprimieron esas recetas apócrifas y asimismo hasta el momento se desconoce si en otras clínicas ocurre lo mismo.

Lo que sí se pudo confirmar de inmediato es que el robado se trata de medicamentos costosos, principalmente para tratamientos oncológicos, retrovirales que utiliza la gente con VIH y para la diabetes, entre otros.