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Roberto Osuna, el niño que se hizo ídolo
Cuando se escuchan los números del pitcher mexicano Roberto Osuna en las Grandes Ligas pareciera que se está hablando de un lanzador de años de experiencia, y muy lejano parece su debut en un estadio de beisbol. Sin embargo, el sinaloense a penas tiene 22 años de edad.
VANGUARDIA fue testigo del comienzo de la historia de la hoy joya mexicana de las Grandes Ligas. El 11 de abril de 2011, Roberto Osuna con toda tranquilidad y serenidad pisó el suelo de la redacción inconsciente de lo que pasaria en su futuro, pero con un firme objetivo, llegar a la “Gran Carpa”.
“Desde niño soñé con jugar profesionalmente y me tocó pertenecer a uno de los grandes equipos del país, Los Diablos Rojos de México, donde estoy buscando la oportunidad de irme a las Grandes Ligas”, comentó Roberto en esa ocasión.
Precisamente ese día, hace cinco años, seis meses y tres días, Osuna de tan sólo 16 años pisó profesionalmente por primera vez una lomita en la “Catedral del Beisbol en Coahuila”, el Parque Francisco I, Madero, en el duelo que disputaron los Diablos Rojos de México en contra de los Saraperos de Saltillo.
Aquella vez fue cerrardor, como lo es hoy. Sorprendió a propios y extraños con rectas de 94 millas (140 km por hora), con la tranquilidad de un consagrado del diamante. La afición sarapera no lo podía creer, un pingo de 16 años retiraba en orden a los bicampeones Saraperos, con dos ponches y un cambio de velocidad de 77, en el octavo inning.
Esa ocasión Roberto “Chufito” Osuna entró a la historia por ser el serpentienero más jóven en debutar en la Liga Mexicana de Beisbol.
Roberto Osuna proveiene de una familia beisbolera. Su padre. Roberto Osuna fue lanzador en la Liga Mexicana y vistió la franela de los Saraperos de Saltillo en 1997 por una temporada. Es el sobrino de Antonio “El Cañón” Oasuna, pitcher durante 11 campañas en las Grandes Ligas, para los Dodgers, Padres de San Diego y Yanquis de Nueva York, de ahí que se derive su apodo más conocido por los beisboleros, el “Cañoncito”.
Su mamá fue la artífice de que Roberto comenzará a jugar, vio la manera en que él bateaba y se desempeñaba en el diamante y le dijo a su esposo que debían meterlo a un equipo, él sólo tenía tres años de edad.
Sin embargo su ascenso en el beisbol estuvo marcado por la falta de recursos de su familia, Osuna tuvo que dejar la escuela para trabajar a los 12 años y ayudar a mantener a su familia, se levantaba a las 5 de la mañana para trabajar en el campo y regresaba a casa a las 5 de la tarde.
A pesar de las necesidades, él nunca dejó su pasión y seguía jugando con su padre. A los 12 comenzó a pitchear y fue visto por los scouts de los Diablos Rojos, pronto llegarían las giras a Japón e Italia y la oportunidad de debutar con los Diablos.
Esa temporada de 2011 sería firmado por los Azulejos, por 1.5 millones de dólares. Con ese dinero le compró una casa a su mamá, pagaría un tratamiento médico para su padre y los estudios de sus hermanos.
Primero comenzó a picar piedra en las sucursales de la franquicia, pero gracias a su buen desempeño, además de su disciplina y ejemplar comportamiento, las altas esferas del equipo decidieron hacerle una invitación para los campos de entrenamientos del 2015, con la intención de que fuera acostumbrándose a lidiar con los nervios de enfrentar a los grandes toletes de Las Mayores.
Pero en esos campamentos de primavera Osuna demostró estar hecho para estar en los grandes escenarios y se ganó un lugar en el roster para iniciar campaña.
De hecho ese año el sinaloense rompió un récord en su primera aparición en el montículo, con tan sólo 20 años debutó en la MLB jugando para Toronto, convirtiéndose en el jugador mas joven en debutar en la franquicia de los Azulejos.
Saltó al montículo del Yankee Stadium en la octava entrada y enfrentó a Alex Rodríguez con casa llena. El lanzador le recetó un ponche sin hacer swing y a Stephen Drew, lo dominó con un elevado.
También se convirtió en el pitcher más jóven en lograr un salvamento en Grandes Ligas durante el Opening Day. Y no fue suerte de novato, Osuna se ganó el puesto de cerrador con el equipo.
Ya en esta temporada el serpentinero mexicano se unió a Soria como los únicos mexicanos con 30 salvados o más, además estableció un récord en la “Gran Carpa” como el lanzador menor de 22 años con más salvamentos en la MLB, con 47.
Cinco años han pasado ya desde que Osuna estuvo en territorio de la capital coahuilense y debutó en el Madero, hoy el mexicano 115 en las Grandes Ligas sigue sumando récords y números positivos en su corta pero gran carrera y VANGUARDIA tuvo la oportunidad de hablar con la sensación del beisbol nacional en lo que fue el inicio de su gran historia.