‘Ricki and The Flash: Entre la fama y la familia’
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‘Ricki and The Flash: Entre la fama y la familia’
Prácticamente desde su primera década como cineasta, el norteamericano Jonathan Demme se caracterizó por ser un muy buen director de actores.
No por nada gracias a su película “Melvin and Howard”, Mary Steenburgen, ganó el Oscar a la Mejor Actriz de Reparto de 1980; en los años 90 fue responsable de que gracias a su duelo de actuaciones en el clásico thriller “El Silencio de los Inocentes” tanto Jodie Foster como Anthony Hopkins obtuvieran sus respectivas estatuillas doradas como Mejor Actriz y Mejor Actor de 1991 de manera respectiva (eso sin contar que él también se alzó con la suya como Mejor Director), así como de que el primer gran proyecto hollywoodense en tratar la espinosa temática de la enfermedad del sida en “Filadelfia”, diera a su protagonista masculino Tom Hanks la credibilidad suficiente para ser tomado en serio y ganar el primero de dos Oscares consecutivos antes de “Forrest Gump” como el Mejor Actor de 1993.
Todo esto viene a colación porque en medio de estrenos de alto perfil protagonizados por otros ganadores de la estatuilla como lo pueden ser Matt Damon o Robert De Niro y Anne Hathaway, llegó finalmente a la cartelera local con el retraso de casi un mes después de su estreno nacional la más reciente película de Demme como director que vale la pena recomendar porque es una joyita de las que su bajo perfil en medio de tanta superproducción.
La cinta en cuestión se titula “Ricki and The Flash”, con el innecesario subtítulo agregado al español de “Entre la Fama y la Familia” porque en realidad cuenta la historia de una rockera de mediana edad de nombre artístico Ricki (Meryl Streep), quien vive en la ciudad de Tarzana, California, en compañía de su novio Greg con quien toca con su banda bautizada como The Flash en un bar de la misma localidad luego dejado a su esposo e hijos en la ciudad de Indianápolis.
Aunque los sueños de fama en el escenario se reducen a sus tocadas en el bar que combina con un trabajo de medio tiempo en un supermercado, para Ricki la vida en apariencia va bien hasta que su ex, Pete (Kevin Kline) le hace saber que la única hija de los dos, Julie (Mammie Gummer) se ha intentado suicidar tras la ruptura amorosa con su prometido y podría ayudarle mucho que su madre estuviera a su lado en un momento tan crítico como el que vive. Ese regreso detonará situaciones inesperadas tanto para Ricki para quienes fueron su familia y también integran una nueva esposa de Pete lo mismo que otros dos hijos varones de la ex pareja, las cuales podrían hacer cambiar sus vidas para siempre.
Lo que pinta como premisa para un denso drama existencial, bajo la pluma inteligente y desenfadada de Diablo Cody (ganadora del Oscar al Mejor Guión de 2007 por “Juno”), se torna en un melodrama conmovedor donde Demme consigue una vez más actuaciones de primer nivel de todo su elenco empezando por sus actores protagónicos, Meryl Streep y Kevin Kline, poco más de tres décadas después de haber hecho pareja en la estrujante “La Decisión de Sofía”, de 1982, seguida por la hija de la Streep en la vida real, Mammie Gummer, y ella cantando ahora rock en otra actuación de antología.
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