México, como cualquier país del mundo, ha tenido presidentes extraordinarios, buenos, malos y pésimos. No hay novedad ahí. Sin embargo, cuando los dirigentes políticos resultan nocivos para la vida pública la población manifiesta de distintas formas su descontento con la administración; es común que en las calles solicite que el mandatario deje de mandar aunque en realidad la petición sea ignorada.

¿Cuántas personas desaparecidas o asesinadas se habrían evitado si hubiéramos podido retirar la banda presidencial a Felipe Calderón o Enrique Peña Nieto?

Pero afortunadamente soplan vientos de cambio en la República. Por eso el 14 de marzo en la Cámara de Diputados tras nueve horas de discusión aprobamos el dictamen para reformar la Constitución en materia de revocación de mandato. ¿ Y qué es la revocación de mandato? Es democracia directa, es el mecanismo de participación ciudadana que nos permitirá ratificar o destituir al Presidente. Es el medio para que ahora sí nuestra voz se escuche, para que las y los políticos sepan que ganar una votación no es un cheque en blanco, si no cumplen serán echados.

Lo que sigue toca al Senado, analizará y en su caso aprobará la reforma. Esperemos que sea avalada la iniciativa por el bien de la democracia. Pero no somos ingenuos, los partidos de oposición darán la batalla porque no están de acuerdo con la propuesta pues argumentan, entre otras cosas, que Andrés Manuel López Obrador se piensa reelegir y este es un primer paso.

En el fondo la verdad es que tienen miedo. Temor a que AMLO, el presidente más querido en la historia reciente de México, aparezca en las boletas del INE en 2021 pues eso supondría otro golpe a los partidos en términos de votación como lo fue en 2018. Si está, esa es la preocupación para la oposición, lo lógico sería que vieran una oportunidad para trabajar mucho y ofrecer alternativas mejores de modo que la gente quite al Presidente y les otorgue a ellos el voto de confianza, pero conocen sus limitaciones y escasa legitimidad, por eso el pánico.

López Obrador para aclarar rumores hasta firmó públicamente un acuerdo donde establece que no se reelegirá bajo ninguna circunstancia en caso de que la ciudadanía le ratifique el mandato para concluir la segunda parte del sexenio.

Amigas y amigos, termino compartiéndoles mi convicción de que estos cambios constitucionales significan también un gran salto en el sistema político nacional. No sólo porque ampliamos los derechos políticos. No sólo porque el pueblo pone y ahora también quitará, sino porque la voz de todas y todos por fin es tomada en cuenta para la toma de decisiones. ¿Y ustedes qué opinan?

@melbafarias1

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