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Revelan que ‘rey de los Dragones’ dio dinero a Humberto Moreira y Jorge Torres
Cuando Humberto Moreira fue gobernador de Coahuila, recibió de Luis Carlos Castillo Cervantes, “El rey de los Dragones”, 80 millones de pesos por la adjudicación de una sola obra, publica hoy el periodista Raymundo Riva Palacio.
El empresario tamaulipeco entregó, además, 6.8 millones de dólares al gobernador interino Jorge Torres López, a quien también ayudó a lavar dinero, agrega el periodista en su columna “Estrictamente personal” que se publica este viernes.
“Ochenta millones de pesos le entregó por una sola obra al exgobernador de Coahuila, Humberto Moreira, y a su sucesor, Jorge Juan Torres, le dio 6.8 millones de dólares en sobornos, además de haberle ayudado, al igual que al exgobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández, a lavar ‘decenas de millones de dólares’ en el International Bank, del que tenía 7% de sus acciones, donde también lavó tres millones de dólares para el exgobernador de Aguascalientes, Luis Armando Reynoso Femat. Otro exgobernador tamaulipeco, Tomás Yarrington, quien está detenido y acusado de ser parte orgánica de los cárteles tamaulipecos, también fue involucrado por Castillo Cervantes, aunque en la documentación pública no se precisan los detalles”.
La información anterior es parte de las declaraciones que “El rey de los Dragones” rindió ante la Corte Federal en Corpus Christie y que fueron desclasificadas en días pasados.
“Lo que dibuja este nano volumen de documentos de su caso, es una historia de horror sobre los niveles de corrupción a los que ha llegado la clase política mexicana”, escribe el articulista.
Luis Carlos Castillo Cervantes tenía la representación de Cutler Repaving Inc., la empresa de reciclaje más antigua en Estados Unidos, que desarrolló una tecnología para asfaltar mediante una máquina multiusos que conforme avanzaba, trituraba y mezclaba en un solo movimiento.
Esa maravilla de la construcción le permitió a Castillo Cervantes despegar y conectarse con gobernadores de todos los partidos, y su volumen de contratos multimillonarios hizo que lo llamaran “el rey de los Dragones”, porque Dragón es como se conoce a esa máquina en la industria.
“Un paisano suyo lo ayudó a introducirse en los grandes círculos del poder, Juan Armando Hinojosa, del Grupo Higa, y los exgobernadores, Enrique Martínez y Martínez de Coahuila, y Alfredo del Mazo González del Estado de México, lo llevaban con gobernadores para ofrecer sus servicios. Castillo Cervantes solía invitar a reuniones de negocios a una de sus casas en Texas a gobernadores mexicanos, a quienes les enviaba sus aviones para que los transportaran sin mayor problema. Cuántos de quienes estuvieron ahí participaron de actos delictivos, no se sabe”.
Entre las relaciones que tuvo, de acuerdo con los documentos de la Corte Federal, aparecen varios exgobernadores, como Enrique Peña Nieto del Estado de México, aunque no hay insinuación en lo que se conoce públicamente de ningún acto de corrupción o desvíos de dinero.
Castillo Cervantes fue detenido en McAllen, Texas, en noviembre de 2016, acusado de lavado de dinero, y prefirió soltar todo lo que sabía en la Corte Federal en Corpus Christie, donde se integró un expediente de 30 mil fojas de las cuales, 79 fueron desclasificadas esta semana.
Se presume que “El rey de los Dragones” –de 56 años, con riesgo de ser condenado a 20 años de prisión- negoció con los fiscales federales aportar información a cambio de la reducción de su pena y de convertirse en testigo protegido del Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Riva Palacio indica que en el expediente de Castillo, se narra con detalle cómo son los diferentes modelos de creación de empresas fantasmas para triangular operaciones financieras ilegales con cuatro de los cinco exgobernadores que supuestamente participaron del multimillonario esquema de corrupción que se extendió durante casi 15 años y que utilizó paraísos fiscales en el Caribe.
“La ingeniería financiera que describió Castillo Cervantes involucra a empresarios en varios estados y a secretarios de Finanzas en las entidades señaladas”, destaca, “pero también arroja elementos que llaman la atención, como el que varias cuentas a las que se transfirieron recursos ilegales, según la justicia estadounidense, estuvieran a nombre de algunos de los exgobernadores”.
El periodista sostiene que el descuido para cubrir las huellas de actos criminales habla de una tontería, pero sobre todo de impunidad.
“Vistas las líneas de tiempo de las investigaciones en Estados Unidos que están mostrando la corrupción de gobernadores, el sabor de boca que deja es que los incentivos para administrar dentro de los límites de la ley, fueron mucho menores que aquellos para enriquecerse a costa del erario, y sin pensar en la rendición de cuentas, que los ha alcanzado”.