“Usted póngase a limpiar pa’ qué quiere estudiar, si la van a mantener”, le decían sus padres a Malena, cuando intentó ingresar a una licenciatura en el 2008, ya que sólo su hermano quien sería el “hombre de casa” podía alcanzar mayores estudios.

Más tarde, cuando contrajo matrimonio y su marido comenzó a violentarla, uno de los principales impedimentos para abandonarlo era pensar que si se separaban, ella no podría mantener sola a sus hijos o peor aún quién la “mantendría” a ella.

Malena forma parte de las más de 100 mujeres que han sido víctimas de violencia y actualmente, tras denunciar a su agresor, cursan una licenciatura o ingeniería.

Al igual que las cerca de 400 mujeres que actualmente se encuentran cursando el bachillerato, estudios mediante los cuales, las afectadas pueden superarse y obtener conocimientos que les permitan comenzar una etapa de independencia.

Lo anterior, gracias a las instituciones en Coahuila y la Secretaría de Educación que ofrecen programas académicos, becas hasta del 100 por ciento y facilidad de horarios para cursar carreras al Centro de Empoderamiento para las Mujeres.

“Estas instituciones están transformando la vida de mujeres que fueron víctimas de violencia porque será a través de la educación que podrán salir adelante por su cuenta, y lograr un pleno desarrollo”, consideró la directora del Centro en Saltillo, Leticia Charles.

La funcionaria señaló la importancia de que las mujeres retomen sus estudios o aprendan de un oficio, pues en muchas ocasiones es precisamente por las construcciones sociales que dejaron todo para dedicarse a ser esposas, madres de familia y el cuidado de los hijos, explicó la directora.

“Son Universidades con este compromiso social, como la Carolina que ofrece becas al 100 por ciento en carreras sabatinas o la Politécnica de Ramos Arizpe”, destacó la directora.