Como cada año, el cinco de junio se conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente, como recordatorio del impacto que generan las actividades humanas en la Naturaleza. Este año la temática se centra en reconocer la urgencia de prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas en todo el mundo.

Esta fecha también coincide con el lanzamiento de del decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas que abarca de 2021 a 2030, y que también es la fecha límite para los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la línea de tiempo que los científicos han identificado como crítica para evitar los peores impactos del cambio climático.

En esta ocasión la Organización de las Naciones Unidas reconoce a Pakistán como el país anfitrión a manera de ejemplo por los esfuerzos que realiza, ya que se propuso plantar 10 millones de árboles en cinco años y ha lanzado un Fondo de Restauración de Ecosistemas para apoyar soluciones basadas en la naturaleza para el cambio climático y facilitar la transición hacia iniciativas ambientalmente resilientes y ecológicamente focalizadas sobre forestación y conservación de la biodiversidad. Otra de las acciones que impulsa este país es la ampliación y fortalecimiento de las Áreas Naturales Protegidas ya que pretende conservar 7,300 kilómetros cuadrados y crear más de 5,500 empleos verdes. 

Estas iniciativas globales son un llamado para actuar localmente, definir metas puntuales de reforestación al interior de las ciudades y en las áreas naturales degradadas. Iniciamos una década prioritaria para mitigar y adaptarnos al cambio climático donde la restauración de ecosistemas es otra más de las acciones que debemos agregar a las prioridades. Restaurar un ecosistema implica recuperar sus condiciones naturales, ayudar a que los proceso se reestablezcan. 

En Saltillo contamos un área de restauración ecológica, una extensión de 1,966 hectáreas anexas al Área Natural Protegida de Zapalinamé, fue decretada en 2007 por el Gobierno Estatal y es un espacio que ha sido reforestado con más de 30 mil árboles. Es una zona frágil y vulnerable a incendios, por la cercanía a la zona urbana. 

Las ciudades necesitan más y mejores espacios en su interior y a sus alrededores, para que las condiciones ambientales mejoren y con ello, la calidad de vida de sus habitantes.