Tras un periodo en el que los fallecimientos por COVID-19 en Saltillo disminuyeron y mantuvieron un ritmo bajo durante tres meses, a partir de la segunda quincena de julio la situación cambió y esto también se reflejó con el aumento de servicios funerarios en la ciudad.

“A partir del 15 de julio hacia acá empezó nuevamente a darse y nosotros a atender los casos de COVID, y en esa segunda quincena de julio pudimos atender alrededor de 15 decesos de COVID. Y ahorita estamos a día 9, ya llevamos 15 servicios”, explicó Manuel Saldaña, gerente de Funerales Martínez en Saltillo.

Aclaró que la empresa de servicios funerarios no atendió al total de personas que fallecieron por esta enfermedad.

Asimismo, señaló que durante abril, mayo y junio, la cantidad de cremaciones fue mínima, entre uno y dos casos por semana.

Aunque los servicios funerarios por COVID-19 empezaron a aumentar, el ritmo de defunciones no se comparó con la llegada de la primera ola de la pandemia en la ciudad, cuando incluso había listas de espera para poder dar trato digno al cuerpo de la persona fallecida.

“Lo contrario sucedió de marzo a junio del año pasado, las cosas eran tremendas, las estadísticas, el ir y venir de cuartos, tuvimos aquí una lista de espera en los crematorios y tenemos tres crematorios en la ciudad”, comentó Manuel Saldaña.

Recuerda que hubo casos en que las cenizas se entregaban cuatro días después.

NO ESTÁ PERMITIDA LA VELACIÓN DE CUERPOS

El gerente de Funerales Martínez resaltó que todavía no se permiten las velaciones de cuerpo presente de gente que falleció por COVID-19, pues el Gobierno del Estado ordenó que los difuntos tenían que ser cremados.

“El COVID no lleva un proceso de cremación. Lo que hacemos es, a petición de la familia, se crema el cuerpo y podemos poner las cenizas unas horas a velación y la misa, y se lleva a un nicho donde la familia lo decida”, detalló.

Además Funerales Martínez ofrece el servicio de inhumación directa; es decir, el cuerpo que sale del hospital en bolsas herméticas es puesto en un ataúd hermético y trasladado al panteón. En esta modalidad tampoco se permite ceremonia de despedida, ni en casa ni en funeraria.

“Es una opción totalmente segura”, enfatizó Manuel Saldaña, y señaló que la mayoría de las familias opta por la cremación para sus difuntos.