Diez días después de que habitantes de La Petaca, Chirimoyos y La Mesa del Carrizal decidieran abandonar sus poblados ante la amenaza de gavilleros, la violencia se hizo presente en la sierra de Concordia y cobró la vida de ocho jóvenes que tenían lazos familiares.

La  masacre, de acuerdo con los primeros informes, ocurrió la tarde de ayer a unos kilómetros de la comunidad Potrerillos.

El suceso cimbró a los habitantes de este poblado y de El Batel, quienes, ante el temor de perder la vida, pidieron el apoyo de la Policía Municipal y Militar para dejar sus hogares.

LOS HECHOS

La información que trascendió señala que, de las ocho víctimas, cinco fueron decapitadas, dos  lapidadas y una más colgada.

En el lugar de los hechos se dijo que un grupo armado que trae asoladas las comunidades serranas concordenses se topó con los jóvenes que se dirigían a Potrerillos por el camino de Los Ocotes.
Allí les dieron muerte, supuestamente para sembrar el terror en su zona de dominio.

Al cierre de esta edición, las autoridades municipales e investigadores habían localizado tres cabezas que estaban cerca de los cuerpos. Y ante la falta de lámparas, no habían localizado las otras dos.