El Parque Hundido, ubicado a un lado del puente que cruza el ferrocarril por la calzada Madero, más allá de ser un centro de esparcimiento o pulmón verde para la ciudad, sirve como baño público donde transeúntes y pandilleros acuden a menudo.

Desde el exterior de este lugar se puede comprobar cómo el vandalismo se apropió de las paredes del torreón que da la bienvenida a los paseantes y vecinos, una construcción que además de graffiti presenta daños estructurales severos.

Durante el recorrido realizado por VANGUARDIA, entre los pasillos descuidados, los escalones rotos y un paisaje abandonado, no se vio en ningún momento presencia de la autoridad o personas que se dediquen a hacer la limpieza del lugar, pues la acumulación de desechos y los malos olores reinan en cada una de las esquinas, a pesar de estar ubicado a escasos metros del Hospital Universitario.

Este parque “hundido en el olvido” tiene poca afluencia de visitantes, pues durante el recorrido un solo hombre dormía profundamente y disfrutaba de la sombra de los grandes árboles sin podar ni riego, entre ramas secas y un sinfin de insectos que molestan a cada paso.

Justo en la entrada, se puede ver correr el agua que extiende por todo el parque montones de basura, desde ahí también se percibe un fuerte olor a orines que provienen del torreón abandonado que está ubicado a un costado de la reja principal, aroma que se repite en cada esquina del enorme parque.

La ubicación del Parque Hundido se limita con las vías del tren, al poniente, donde el paso de migrantes es muy común; incluso no existe barda perimetral, sino solo cuatro tubos de fierro sostienen una malla ciclónica que intenta cercar el lugar.

FOCO DE INFECCIÓN

El Parque Hundido se ubica en la zona centro de la ciudad.

El torreón que sirve de atractivo, se derrumba poco a poco.

El graffiti es uno de los “adornos” del lugar.

La insalubridad representa un foco de infección para el Hospital Universitario, ubicado a escasos metros del Parque Hundido.