Las calderas del comedor de la Narro hierven desde las primeras horas del día para repartir poco más de 200 platillos al personal médico, voluntarios y hasta abuelitos durante cada jornada de vacunación.

Mole con arroz, bistec en salsa y asado de puerco son algunos de los más de 700 platillos que se han servido hasta el momento.

Cada uno acompañado de tortillas de maíz calientes, frutas como naranjas, plátano y mango, así como un refresco y agua natural.

El personal del comedor de la Narro pica, coce, sazona, calienta y cocina en enormes ollas y calderas desde las 06:00 horas

“A medio día comienzan a servir los primeros platillos para que los voluntarios y enfermeras acudan de forma escalonada a tomar sus alimentos”, comentó Carlos Rojas, encargado de la operación del Comedor.

Durante la mañana ofrecen yogurt, galletas y una fruta diferente cada día, agregó el buitre de la cocina, quien considera como elemental el desayuno para una larga jornada bajo los intensos rayos del sol.

Además, destacó, el personal de la cocina lleva en cuatrimotos agua fresca embotellada para los voluntarios que dirigen el tráfico en las filas y algunas tazas de café para las enfermeras y médicos.

HASTA ALCANZAN ABUELITOS

Incluso tras terminar con la distribución de platillos entre los trabajadores de la jornada de vacunación, ofrecen alimentos a los abuelitos que pasan horas en los vehículos y no han comido ni desayunado.

“Hemos repartido hasta a los pasajeros de carros, porque los alimentos son esenciales para recibir la vacuna, nos han dicho los doctores.

Pero también para que todos los que están aquí trabajando, desde médicos, enfermeras, Servidores de la Nación y voluntarios porque su esfuerzo vale la pena y son ellos quienes deben mantener la energía y ánimo todo el tiempo”, agregó el buitre cocinero.