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Reparan escultura en Bruselas
Hasta ahora el chorro ininterrumpido del Manneken Pis, símbolo de Bruselas, iba directo al desagüe, pero desde hace poco el agua de esta emblemática fuente de 400 años circula en circuito cerrado en nombre de la responsabilidad ecológica.
La fuente del niño (manneke, en holandés) que orina, un lugar de paso obligado para los turistas en la capital belga, ocultaba un problema de cañerías que nadie había sospechado.
El problema fue resuelto en marzo mediante la instalación de un canal bajo el monumento para evitar la pérdida de “entre mil 500 y dos mil 500 litros de agua al día”, explicó el ayuntamiento. Era el equivalente del consumo de “cuatro o cinco viviendas de Bruselas”.
Se desconoce durante cuánto tiempo se malgastó el agua. “Preferimos mirar hacia el futuro”, dijo Régis Callens, el técnico municipal encargado del caso.
Sólo faltaba la conexión entre la pila (donde cae el chorro) y el conducto”, desde donde ahora una bomba devuelve el agua a la pequeña estatua de bronce. Sólo colocamos un pequeño canalón que recupera el agua”, dijo.