Renovarse o morir

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Renovarse o morir

Espero que para marzo de 2018, fecha en que se cumplirán 35 de haber iniciado las transmisiones de una programación propia, el Canal 28 siga en pie

Quién iba a pensar hace 35 años que la televisión convencional como medio de comunicación entraría en decadencia al aparecer la televisión digital, y que las redes sociales estarían marcando la pauta de la interacción humana en tiempo real y propiciarían que la comunidad de cibernautas pueda elegir lo que quiere ver y escuchar de manera selectiva.

Canal 28 surgió en 1982 en el sexenio del Lic. Alfonso Martínez Domínguez, entonces poderoso gobernador de Nuevo León, presentando en 1983 una verdadera plataforma alternativa en la televisión local que compitió de manera real con las televisoras existentes.

Bajo el liderazgo de Alberto Brunell Meneses, el 10 de marzo de 1983 surgió una ola de programas familiares que cubrían toda la gama de necesidades posibles de una teleaudiencia: programas de entretenimiento, de revista, sobre deportes, musicales, de apoyo social y de noticias.

Desde 1976, yo había tenido la experiencia de participar como conductor de programas educativos que producía la UANL en el Departamento Central de Educación Audiovisual que dirigía José Manuel Pérez Saenz, así que cuando solicité a Alberto Brunell una oportunidad, nació en 1983 el programa “Chispas Norteñas” que concluyó en 1995.

Paralelamente, ese año dirigí la sección cultural del Noticiero “Acción y Comunicación en la Noticia”, que conducía Carlos Saucedo Rubí acompañado por Lety Benavides y Bárbara Leal. Fue la primera vez que en la televisión regiomontana hubo una sección noticiosa que abordó la cultura. Luego conduje tres programas más.

El 28 fue el primer canal de UHF autorizado por Manuel Bartlett, entonces secretario de Gobernación, y pasó directamente a pertenecer al Gobierno del Estado de Nuevo León. El slogan con el que se dio a conocer fue: “Esto es televisión, estamos comunicando”.

Inició la transmisión del Canal 28 en 1982 como repetidora de TRM y fue hasta el 10 de marzo de 1983 la fecha en que verdaderamente se detonó su propia programación. Han hecho presencia muchos talentos que han dejado parte de su vida en el proyecto.

Desde que hizo pública su programación, este canal despertó un gran interés por parte de un teleauditorio ávido de nuevas propuestas al que impactó en la segunda mitad de los años 80 y primera mitad de los años 90. En esa misma época de oro del Canal 28, Fernando Von Rossum tuvo la visión de apoyar la producción de programas con la búsqueda de patrocinios.

El Canal 28 requiere de una reestructura en sus contenidos porque tiene ante sí una gran oportunidad. La televisión comercial local y nacional cuenta con una programación que en general traspasa el ámbito de lo familiar por lo que sería deseable que este canal volviera a ser una verdadera opción para los televidentes que aún quedan, pero para ello requiere de una reconversión. Renovarse o morir, ésa es la cuestión. 

Espero que para marzo de 2018, fecha en que se cumplirán 35 de haber iniciado las transmisiones de una programación propia, el Canal 28 siga en pie, apoyado de manera decidida por el Gobierno estatal. Para ello va a ser necesario que se demuestre que es un proyecto económicamente sustentable y socialmente apoyado por la comunidad nuevoleonesa en estos tiempos de redes sociales.

Quizás una buena apuesta sea Radio Nuevo León porque sigue siendo una opción vigente para muchas personas que escuchamos su programación. Desde el punto de vista del retorno de la inversión, la radio resulta una buena alternativa.