Usted está aquí
Remesas y héroes
Esta semana se dio a conocer el monto de remesas recibidas en México durante el pasado mes de junio. De acuerdo con datos oficiales del Banco de México, los mexicanos que viven en el extranjero, con o sin documentos, enviaron casi 118 millones de dólares cada día de junio, para acumular un total de 3 mil 536 millones. Este es el segundo monto mensual más alto en la historia. Así, las familias mexicanas han recibido casi 38 mil millones de dólares en los últimos 12 meses y se espera que durante el 2020 el monto pueda llegar a unos 40 mil millones. Hablar de estos altos niveles de remesas da mucho material para discusión y análisis.
Empecemos con algo de análisis y después pasemos a algunas opiniones. Banxico tiene una base de datos muy completa sobre remesas que se remonta a datos mensuales desde 1995. Ahí podemos ver que desde 1995 han entrado 486 mil 177 millones de dólares por remesas, un promedio de mil 588 millones por mes, con un mínimo de 248 millones en febrero de 1995 (en medio de otra crisis) y un máximo de 4 mil millones en marzo de este año. En todo el sexenio de Ernesto Zedillo, México recibió alrededor de 31 mil millones de dólares por remesas, mientras que con Vicente Fox se recibieron 98 mil millones, tres veces más que con Zedillo. Durante el gobierno de Felipe Calderón se rompió el récord de Fox y se llegó a 139 mil millones de dólares, mientras que en el periodo de Enrique Peña Nieto las remesas llegaron a 160 mil millones de dólares. Es decir, el monto de remesas mensuales pasó de un mínimo de 248 millones en la época de Zedillo a un máximo de 3 mil 100 millones con Peña y ahora 4 mil millones con AMLO; sí, el monto de remesas máximo por mes se incrementó unas 12 veces entre Zedillo y Peña y unas 16 veces entre Zedillo y AMLO, mientras que el monto promedio de cada transacción se mantuvo en alrededor de 300 dólares en todo ese tiempo. Sin embargo, se estima que el número de migrantes mexicanos solamente se ha duplicado en ese periodo de tiempo, lo que indica que hay otros factores en juego y entre los cuales me atrevo a especular incluyen: hay una base de ciudadanos de origen mexicano que ha seguido creciendo y que siguen apoyando a sus familias en México; diferente nivel de ingreso de los migrantes y de los mexicoamericanos; tipo de cambio favorable; menores costos de transacción; mayores necesidades no satisfechas en México; mejoras en la economía americana y, muy recientemente, los apoyos del gobierno americano para contrarrestar la crisis del COVID-19.
El tema de las remesas se vuelve algo complejo (digno de maromas de dificultad 4.0) a la hora en que los políticos tienen que tratarlo y reconocer que existe. Esto aplica de ambos lados de la frontera. En Estados Unidos, políticos como Trump están convencidos de que cada dólar que se envía a México afecta a Estados Unidos. Lo ven casi como si les hubieran robado sus preciados dólares, no considerando que esos dólares son bien ganados y muy merecidos. Por otro lado, los políticos mexicanos no saben cómo entrarle al toro, y aunque hay quienes a base de maromas les quieren dar crédito por el aumento en las remesas, la realidad es que deberían ser muy cautelosos con el tema. El que un país sea un receptor neto de remesas no es motivo de celebración (aunque sí de admiración hacia quienes las mandan) y refleja que las oportunidades y la economía del país (medida con PIB, con abrazos, con sonrisas o con un índice a modo) tienen carencias evidentes que hacen necesario que las familias complementen su ingreso con transferencias de otros países. Es un reflejo de la falta de oportunidades, de tener empleos mal pagados, de servicios públicos insuficientes y, sí, de gobiernos que han sistemáticamente operado y mantenido las condiciones e incentivos que generan decenas de millones de pobres. El que algún político (o sus seguidores) traten de colgarse una medalla por los montos exorbitantes de remesas que llegan al país, producto del esfuerzo y de la generosidad de millones de héroes debería ser considerado un crimen. Cualquier referencia al tema debería estar limitado a cómo es que dicho político procurará que el dinero que reciben las familias mexicanas sea un excedente y no una necesidad; que ese dinero esté seguro y no al acecho de criminales de todos tamaños, ya sea calibre combi, el cártel más poderoso o al monopolio más protegido; que el costo de cada transacción sea cada vez menor; a aplaudir y agradecer que esos héroes sean capaces de sostener a un segmento de la población que este y otros gobiernos han ignorado y para los cuales no han generado condiciones necesarias para ser autosuficientes.