Relatos y retratos: la leyenda del Rey Dormido y su disparatada versión europea

Usted está aquí

Relatos y retratos: la leyenda del Rey Dormido y su disparatada versión europea

Agobiadas. Mariquita y su hermana Teresa pidiendo clemencia para El Rey Dormido, al fondo dos desdeñosos oficiales del ejército norteamericano. Viñeta publicada en España en 1867. CORTESÍA
El personaje del folclor saltillense ya de por sí singular, fue llevado a extremos paródicos en España

Varios cronistas e historiadores han escrito sobre este peculiar personaje. La primera referencia es la de Tomás Berlanga en su monografía de Saltillo editada en 1922. El cronista José García Rodriguez también lo incluyó en la edición de Consejas Populares publicada en 1947, además José de Jesus Davila Aguirre hizo lo propio en 1974.

Hace unos años el historiador Javier Villarreal Lozano dedicó un espacio en una de sus últimas ediciones. Existen también un buen número de artículos y notas que se han escrito sobre el personaje.

¿Por qué lo apodaban El Rey Dormido? Dávila Aguirre nos dice que el mote surge cuando un tal Braulio Flores, quien se dedicaba a vender charamuscas y pepitorias de calle en calle, fingía estar dormido cuando chiquillos se acercaban a su canasta para robarle las golosinas. En otros relatos se menciona el nombre de Simón Casimiro Flores como el verdadero nombre de El Rey Dormido.

Con ciertas variantes, los autores coinciden más o menos en los mismo. Relata la leyenda que, durante la guerra entre México y Estados Unidos —1846 a 1848— un hombre a quien apodaban El Rey Dormido se convirtió en leyenda por matar a varios soldados del ejército norteamericano, cuando estos ocuparon la ciudad.

La singular manera de operar era simple; primero se ganaba la confianza de los soldados, los invitaba unos tragos y cuando estaban borrachos, los conducía a un lugar apartado, un arroyo, y ahí los mataba. La solitaria tarea del Rey Dormido produjo varios invasores muertos.

Cuenta la historia que tiempo después fue apresado por los norteamericanos; hay varias versiones de cómo logró escapar, una dice que vistió la sotana del sacerdote que lo fue a confesar antes de ser ahorcado.

Por mucho tiempo no se supo más de él, se dice que el Rey Dormido apareció en la ciudad cuando los estadounidenses dejaron la ciudad en 1849.

Otra versión asevera que tiempo después de la partida de los soldados fue encarcelado por otro crimen y pidió que se le condonara lo que le faltaba de su pena, a condición de plantar árboles en la Alameda, petición que le fue concedida por la autoridad.

Hace algunos días me topé con un antiguo libro editado en Madrid en 1867, el cual escribió el español Martin de las Torres, el largo título, casi sinopsis dice: MAXIMILIANO DE AUSTRIA EN MÉXICO. HISTORIA DE LOS ACONTECIMIENTOS OCURRIDOS EN EL TERRITORIO DE MÉXICO, DESDE QUE LOS ESPAÑOLES DESEMBARCARON EN VERACRUZ FORMANDO ALIANZA CON LOS FRANCESES E INGLESES, HASTA LA MUERTE DEL INFORTUNADO EMPERADOR MAXIMILIANO I.

El autor De las Torres, con su pluma cargada de imaginación y falto de referencias, escribe sobre El Rey Dormido. Deja a lo largo diez páginas alrededor de 4 mil 500 palabras de los supuestos hechos acaecidos en 1847.

 

ROZANDO EL DELIRIO

Es un texto bizarro y barroco que bien podría competir con descripciones del realismo mágico latinoamericano. Describe a un Saltillo de la época inexistente, menciona: “el valle de Saltillo de exuberante vegetación, rodeado de naranjos, nísperos y palmeras con cocos”. Menciona ciertos avatares sobre el Rey Dormido, lo primero es que Rey era su nombre no apodo y adereza más personajes a la historia; un abogado llamado Pedro, hermano de Rey Dormido, a quien confesó haber matado a más de 66 soldados, una hermana cuyo nombre no se revela y por último a las hermanas Mariquita de 15 años, novia de Rey y su hermana Teresa, quienes trataron inútilmente de salvar a Rey cuando fue hecho preso por los norteamericanos.

El autor da cuenta de Jonathan Wilson, último soldado asesinado por Rey Dormido, a quien dio muerte por haberle llevado serenata a su novia Mariquita. Rey fue capturado y después de un breve juicio se le condenó a muerte.

El verdugo encargado de ejecutar a Rey Dormido, sobre el patíbulo batalló un buen tiempo en hacer el nudo corredizo, cuando lo tuvo listo, puso la soga hecha de fibra de palma bajo la barbilla del condenado, gritó la orden para que el coche de caballos avanzara. El cuerpo quedó inerte, de inmediato descolgado y entregado a Mariquita, la afligida novia se acercó para darle un beso de despedida y notó que Rey respiraba, solo resultó sofocado, después de toser se repuso. La pareja se perdió para siempre.

De allende los mares el divertido texto escrito hace más de 150 años está plagado de inconsistencias, y resulta completamente inverosímil.

Lo interesante es que la historia rebasó el ámbito local y fue a dar al viejo continente, afianzando más la fama la leyenda del saltillense del Rey Dormido.