Región Sureste: el clúster automotriz se consolida

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Región Sureste: el clúster automotriz se consolida

El anuncio realizado ayer por la empresa automotriz General Motors, que implica la inversión de mil millones de dólares en su complejo de manufactura de Ramos Arizpe, constituye una de las mejores noticias que se han conocido en los últimos años en la Región Sureste de Coahuila.

Y es una buena noticia no solamente porque inversiones de esta magnitud, en un momento de contracción económica como el que estamos viviendo, representan un signo de aliento para confiar en el futuro, sino también porque se refrenda la vocación productiva de la región.

La decisión de la armadora confirma que se han hecho bien las cosas en el pasado para consolidar el clúster automotriz, con todo lo que ello implica en términos de infraestructura y capital humano.

Por otro lado, se refrenda la competitividad de la Región como polo de atracción de inversiones y eso implica reconocer que los sectores público y privado han hecho bien lo que les toca para generar las condiciones que llevan a los inversionistas a tomar la decisión de invertir sus recursos aquí.

Un elemento más para congratularse por la noticia es que se trata de una inversión que apunta al futuro porque el complejo de Ramos Arizpe comienza con esto su preparación para la manufactura de automóviles eléctricos, iniciando con el desarrollo de una planta de pintura.

De esta forma, el Complejo Ramos Arizpe se convertirá en el quinto sitio de manufactura de GM Norteamérica en producir vehículos eléctricos junto a Spring Hill, Tennessee; Factory Zero, en Detroit; HamTramck y Orion, en Michigan; y CAMI en Ontario, Canadá.

Debe insistirse en la necesidad de que la economía regional se diversifique y que la decisión tomada por General Motors no se traduzca en la profundización de una tendencia que también tiene aristas negativas"

Sin embargo, pese a los múltiples motivos que existen para celebrar el anuncio debe insistirse en la necesidad de que la economía regional se diversifique y que la decisión tomada por General Motors no se traduzca, en el mediano y largo plazos, en la profundización de una tendencia que también tiene aristas negativas.

En este sentido conviene recordar la forma en la cual nuestra región sufre cada vez que el mercado automotriz se frena en los Estados Unidos y ello obliga a que las plantas ensambladoras –y todas las que se encuentran a su alrededor– detengan sus actividades.

La transformación profunda que vivirá dicha industria, al migrar paulatinamente de la producción de autos impulsados por motores de combustión interna a eléctricos debe constituir una oportunidad para plantearse rutas alternas para mantener la vocación productiva regional incorporando áreas industriales de las que carecemos en este momento.

Por lo pronto, en el momento presente, habrá que celebrar la noticia y aquilatar el valor que tiene para nuestra región en momentos en que lo más importante es acelerar el proceso de reactivación económica luego del bache al que nos arrojó la pandemia.