Refraneros y refranes

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Refraneros y refranes

Por estos días he leído mucho. He terminado un par de obras del prolífico escritor hispano, a más de estar viendo en mi tablet una espléndida serie basada en “Fortunata y Jacinta”, la monumental novela de don Benito, que fue escritor realista con hondo sentido de lo popular. De ellas saqué esta pequeña serie de refranes:

       

De médico que trasnocha y cura que va al café, libera nos, Domine.

O sea: Líbranos, Señor, de médico que se desvela y de mundano cura.

 

Tres cosas pide el dinero: saberlo ganar; saberlo disfrutar; saberlo despreciar.

En efecto, el dinero es excelente siervo, pero pésimo amo.

 

En el Mesón del Rubio no se paga hospedaje alguno.

El Rubio es el Sol. Quienes viven al aire libre, como los gitanos, no tienen que pagar cuenta de hotel.

 

Vino: el que no sabe mearlo no debe tomarlo.

Al vino te lo debes tomar tú, y no dejar que te tome él.

       

Que dos se vuelvan tres, cosa muy fácil es.

Es cierto: de los abracijos nacen hijos.

 

Cuando Periquillo llega a Don Pedro, ¡qué miedo!

Ni mandes a quien mandó, ni sirvas a quien sirvió.

 

Cuál más, cuál menos, de la cintura arriba todos somos buenos.

Lo difícil es ser virtuosos en cosas de la carne. Y no me refiero a la de comer.

 

A maestro de espada, aprendiz de pistola.

Significa que siempre hay alguien que puede más que otro, aunque sea menos que él.