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Referéndum catalán, ¿una Liga sin Messi y sin clásico?
Las preguntas se plantean desde hace meses: ¿Dónde jugará el Barcelona si Cataluña se independiza tras el referéndum del domingo? ¿Qué pasará con el clásico de la Liga entre el Barça y el Real Madrid? ¿Dejará de disputarse en el torneo español y quedará reducido a la competición europea? ¿Qué será del duelo entre Lionel Messi y Cristiano Ronaldo?
Nadie sabe. Esa es la verdad. Sea porque no acaban de creer en una próxima independencia, sea porque confían en que las competiciones deportivas seguirán como hasta ahora, nadie parece haber previsto seriamente el día después del fútbol catalán y del español, si Cataluña llegara a separarse de España.
La ley española del Deporte establece que sólo los equipos españoles podrán disputar La Liga, una competición gestionada por un organismo independiente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).
"Si se produce la independencia de Cataluña, la Ley del Deporte es muy clara y sólo permite jugar en La Liga a equipos españoles", recordó Javier Tebas, presidente de La Liga, hace una semanas, cuando, en vistas de la Diada -día nacional de Cataluña-, la cuestión se avivó en los medios de comunicación españoles.
"Yo no entiendo España sin Cataluña y, para mí, Cataluña es España", añadió el mandatario, exponiendo su opinión política. "Pero si esto avanza, ni el Barça ni el resto de clubes catalanes podrán jugar en la Liga española”.
De entrada, el Barcelona guardó silencio. Y cuando habló, lo hizo con evasivas.
"Estoy seguro de que habrá derbis y de que el Barça jugará ahí donde jueguen Espanyol y Girona. ¡Pregunten al Espanyol dónde jugará!", apuntó el vicepresidente del Barcelona, Carles Vilarrubi, cuestionado por el referéndum unilateral de independencia que Cataluña quiere celebrar el domingo pese al rechazo del Gobierno en Madrid y a la suspensión de la Justicia española.
El Espanyol no abrió la boca. Ni siquiera cuando la Guardia Civil española registró el miércoles pasado varias consejerías del Gobierno catalán en una gran operación que acabó con 14 detenidos, varios de ellos funcionarios del “Govern".
El Barcelona fue uno de los primeros clubes en manifestar públicamente su "compromiso histórico con la defensa del país, de la democracia, de la libertad de expresión y del derecho a decidir. "El club condena cualquier acción que pueda impedir el ejercicio pleno de estos derechos", señaló entonces el Barcelona.
El Girona, recién ascendido a la Primera División española, se manifestó en el mismo sentido.
Ninguno de los tres clubes catalanes de la Liga se pronunció, en cualquier caso, sobre su futuro en la competición. Bajo anteriores presidencias, el Barcelona había manifestado su voluntad de seguir disputando la Liga.
"Creo que debemos seguir en la liga española, pese a que haya Estado propio, porque me parece que nos hace fuertes a los dos, al Barça y a la Liga", afirmó el ex presidente del Barcelona Joan Laporta en 2015.
La entidad celebraba entonces comicios a la presidencia y prácticamente todos los candidatos compartieron su postura.
"Dónde jugará el Barça es una pregunta y dónde quisiera jugar el Barça es otra", expuso Josep Maria Bartomeu, convertido ya en presidente azulgrana. "Al Barça le gustaría seguir en la Liga, que es desde donde nos hemos proyectado al mundo. Es difícil pensar en la Liga sin los Barça-Madrid”.
Entre otras cosas, porque ni la Liga ni los dos grandes clubes españoles obtendrían los réditos que ahora generan si el Barcelona abandona la competición española.
Desde hace una década, el clásico entre los dos gigantes españoles es, junto a la final del Mundial, el partido más visto del planeta.
Unos 650 millones de espectadores de 185 países de todo el mundo siguieron la pasada temporada el choque del Camp Nou. Las cifras se repitieron cuando Real Madrid y Barcelona se enfrentaron en el estadio Santiago Bernabéu.
No en vano, y según datos publicados a inicios de 2017, la entidad azulgrana, con 620,2 millones de euros, ocupa el segundo lugar del ranking de clubes más ricos del mundo, seguido del Real Madrid, con 620.1.
La Liga no es ajena a ese potencial, que le permite vender sus derechos a los canales de televisión de todo el mundo por una cantidad que nada tiene que ver con la que percibiría si el clásico desaparece de su programa.
"La marcha del Barcelona afectaría a La Liga, como a España le perjudicaría que se independizase Cataluña", asumió Tebas, el jefe de la patronal.
El presidente de La Liga no ofreció cifras de lo que eso supondría para su competición. Pero debe de haberlo calculado. Tras el éxito en julio del segundo clásico de la historia celebrado fuera de las fronteras de España -se disputó en Miami-, Tebas no escondió su intención de que, en un futuro cercano, algunos de los Real Madrid-Barça/Barça-Real Madrid del campeonato español se disputen en otros países, con Asia y Estados Unidos como mercados prioritarios.
"El clásico tiene más impacto que la Superbowl", aseguró el presidente de La Liga, en declaraciones a la radio española Onda Cero. "Unas dos veces y media más, a nivel mundial", agregó.
"En una Catalunya independiente, el Barça tendría la suerte de poder elegir en qué Liga jugar", terció, hace un par de semanas, el presidente del Comité Olímpico Catalán, Gerard Esteva.
No parece tan claro. La ley no ampara esta elección. Pero los intereses económicos son tan grandes que resulta difícil pensar que Messi y Cristiano Ronaldo no seguirán midiendo fuerzas en La Liga.