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Reestructuras son sólo 'buenas intenciones'; deudores bancarios, ahogados
La segunda fase en restructuración de créditos que anunció la Secretaría de Hacienda (SHCP) y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) que aplicará a partir de octubre en teoría es una buena noticia, excepto porque estas normas no son obligatorias para los bancos, sino una invitación para que decidan impulsar la reestructuración de créditos a sus clientes afectados económicamente por la pandemia, si no quieren tener mayores pérdidas económicas por morosidad.
Taxistas, cuyo crédito automotriz debe ponerse al corriente, no trabajaron durante las semanas de confinamiento; desempleados con créditos de nómina que deben ponerse al día, no tienen con qué pagar; padres de familia con hipotecas de casas o departamentos que tampoco tienen dinero para pagar de golpe, cuatro meses de deuda bancaria porque en sus empleos les redujeron el sueldo; músicos sin eventos para ganar dinero, como Roberto, son ejemplos recurrentes de deudores de la banca.
Juan Pablo Graf, presidente de la CNBV, así lo señaló durante este anuncio: "Incentivar precisamente que los bancos lleven a cabo reestructuras de los créditos que sean benéficas para los acreditados y los pongan en una situación en donde la probabilidad de cumplimiento de las obligaciones, sea mayor... En principio aplica a todos los bancos... Todos los acreditados tiene derecho a solicitarlo".
Mario di Constanzo, extitular de la Condusef y asesor en temas financieros, explicó lo que esto significa. "No está forzando a los bancos a hacer programas de reestructura, quien quiera lo puede hacer y quién no, no", afirmó. "Pero sí le van a permitir a los bancos modificar sus esquemas para registrar sus reservas, por si los clientes morosos no le pagan. Lo lógico es que el banco te busque y te ofrezca un programa de reestructura, decirte oiga va a pagar menos, le voy a bajar la tasa de interés, pero pague. Pero aunque el banco no lo haga, aprovechará las facilidades de no registrar en cartera vencida lo que no le reestructuró al deudor", señaló.
Mientras eso sucede, la presión sigue en los hombros de millones de deudores que a partir de octubre deberán pagar los cuatro o seis meses de adeudos por préstamos, que los bancos les permitieron "congelar" en el contexto de la pandemia.
A su vez, Luis Niño de Rivera, presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), dijo en entrevista para El Heraldo de México que la banca no tiene obligación de cumplir las facilidades regulatorias que presentó la Secretaría de Hacienda para reestructurar los créditos de clientes afectados por la pandemia.
Sin embargo, Niño de Rivera aseguró que los bancos están en la mejor disposición de ayudarlos para que mantengan un buen historial crediticio.
"El jueves en la noche nos llegaron los nuevos criterios contables covid-19, estamos empezando a leerlos, e interpretarlos, cada institución va a tomar las decisiones que juzgue más conveniente para sus clientes y su negocio, es un programa voluntario, no es obligatorio entrar", lanzó.
Negó diferencias con autoridades del sector financiero por el programa de apoyos que se presentó la semana pasada, ya que fueron parte de dicha iniciativa.
El banquero dijo que los cuentahabientes que reestructuren su crédito y cumplan con sus pagos mantendrán un historial limpio en el Buró de Crédito, pero la evaluación será negativa para los que dejen de pagar.