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Redecorando interiores después del COVID-19
La situación actual ha obligado a muchas familias a reorganizar la distribución y los colores de su vivienda. El interiorismo se ha visto obligado a reinventarse para sacar el máximo partido y poder dar lugar a todo tipo de actividades relajantes, de ocio, educativas y laborales.
“Nuestro futuro cercano estará ligado cada vez más a nuestras casas, pasando más tiempo en ellas del que es habitual. Así que es normal que en este nuevo horizonte nos planteemos cómo hacer que nuestro hogar se vea más bonito, más agradable”, comenta Rita Roses, decoradora con más de 30 años de experiencia en diversos sectores: retail, hoteles, residencial y oficinas.
MÁS EQUILIBRIO
En su opinión, “poco a poco se hará popular el concepto nórdico de minimalismo y equilibrio en el interior de las viviendas”, y asegura que “nuestros hogares deberán volcarse hacia una base funcional, sencilla y natural”.
En su reflexión sobre qué pediremos a la vivienda en un futuro, se centra en apartamentos con más metros y terraza exterior en las ciudades; pero también un cambio a las afueras de las grandes urbes para obtener espacio con jardín y más naturaleza, o simplemente, aprovechar al máximo la vivienda actual adaptándola al nuevo panorama en que nos encontramos.
“Inyectar belleza y confort en lo cotidiano será fundamental en la decoración”, señala Roses.
“Es importante no olvidarse de este punto. Puede sorprender cómo afectan positivamente al estado de ánimo pequeñas cosas, detalles de bajo presupuesto, como decorar con ramos de flores frescas las estancias, renovar muebles o pintar paredes”, explica.
Y a ello añade cambiar unas fundas de cojín, nuevos colores para la pared, actualizar con fotografías familiares cualquier rincón de la casa, reubicar objetos decorativos para que el entorno se vea diferente o, simplemente, deshacerse de cosas que no se utilizan para ampliar el espacio.
En este proceso de redecoración sugiere que se cambien pequeñas rutinas, como decorar “especialmente” la mesa para algunas comidas, utilizar velas aromáticas y fragancias naturales, y realizar actividades creativas con materiales de reciclaje para crear objetos decorativos que iluminen nuestro hogar, “de forma que todo ello nos haga sentir más a gusto en casa”, añade.
CORRIENTE WELL
La interiorista y arquitecta Laura Gärna apuesta por edificios sostenibles, respetuosos con el medio ambiente y por proyectos arquitectónicos bajo el sello de esta filosofía.
“La corriente “well” (bienestar) se impondrá en decoración como una gran opción para crear espacios emocionalmente positivos con objeto de mejorar nuestra salud mental”, apunta Gärna.
Así lo avalan los últimos estudios y esta interiorista lo pone en práctica haciendo de la “sostenibilidad” un elemento prioritario.
El 90% de nuestro tiempo estamos en entornos cerrados, en edificios o viviendas. Existe un síndrome, llamado SDR (Síndrome de Deficiencia de Naturaleza), que es uno de los males del nuevo siglo.
Cada vez estamos más conectados a la tecnología y más desconectados de la naturaleza.
En este sentido se ha desarrollado el Well Building Standard, un estándar aplicable a edificios “saludables”, basado en diversas disciplinas de estudio científico.
Un protocolo que, según explica Gärna, presenta “un enfoque integral en el que se replantea el ambiente en función de sus ocupantes, transformando los lugares en que vivimos, trabajamos y aprendemos, en sistemas destinados a promover y mejorar la salud y el bienestar humano”, indica.
En definitiva, “el entorno que nos rodea está ligado inexorablemente a nuestra salud física y mental”, afirma.
Gärna explica que el estándar de construcción “well” aborda factores que juegan un rol fundamental en la salud cardiovascular, reduciendo estrés, mejorando la nutrición, induciendo al ejercicio físico y eliminando contaminantes ambientales.
“Las características de confort mitigan el estrés y permiten mantener el equilibrio hormonal del cuerpo, además de mejorar la salud en todos los sentidos”, concluye Laura. (Con información de EFE y El País)