Hace unos meses el mundo fue sacudido por una fotografía, la de Omran Daqneesh, un niño sirio, que reflejaba la dureza y brutalidad de la guerra civil que sufre ese país desde hace algunos años.

Dicha imagen se viralizó rápidamente el pasado 17 de agosto. El rostro de Omran, cubierto de polvo y sangre, su expresión desorientada y de pánico en una ambulancia, causó indignación mundial y desató las críticas contra el gobierno Bashar Al Assad, acusándolo de masacrar a su propio pueblo.

Pero su tragedia no terminó ahí, Omran, quien en ese momento perdió a su hermano mayor, ahora sufre las consecuencias de haberse convertido en un símbolo de la guerra, y de la supuesta opresión del gobierno sirio.

Mahmoud Raslan, quien tomó la foto, explicó a Fox News que había ocurrido después con el niño.

"Perdí el contacto con la familia de Omran. La milicia de Al-Assad arribó y su familia fue confinada bajo arresto domiciliario, donde no pueden ser contactados por los medios occidentales. Su residencia fue cambiada y fueron puestos bajo custodia", explicó.

Parece ser que el régimen de Assad no le perdóno a Omran y su familia ser, sin querer, un símbolo, condenándolos al confinamiento.