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Recuerdan caída de avioneta en Ramos Arizpe a diez años de la tragedia
No hay sonido más aterrador que el silencio inesperado: como cuando vas en un avión y se callan los motores.
Hace diez años una avioneta Cessna 210 enmudeció antes de llegar al aeropuerto de Ramos Arizpe y le costó la vida a Emilio Bichara Marcos Wong y a Rafael Reyes Flores.
El periodista Toño Moreno, el único que salió sin heridas graves del accidente, recordó a sus “hermanos de tragedia”.
El percance ocurrió el 19 de diciembre del 2008, Javier Parra piloteaba la nave desde Acuña de regreso a Saltillo, llevaba a Marcos Wong, exalcalde de San Pedro de las Colonias y entonces director de Comisión de Aguas y Saneamiento de Coahuila, a Reyes Flores, su secretario particular y a los periodistas Mercedes Aguilar y Antonio Moreno.
Cuando Parra se preparaba para aterrizar, los motores se apagaron, perdió altitud, se enredó en unos cables y al impactarse contra una barda, se incendió.
Toño salió caminando. “Las llamas me llegaban a la cintura”, recordó.
Los demás fueron llevados a diferentes hospitales con quemaduras de tercer grado. Bichara y Rafael murieron a causa de ello.
PRESENTIMIENTO
Moreno estaba en la frontera grabando su noticiero; recordó que desde mediodía tenía una sensación incómoda.
“Estuve muy inquieto prácticamente desde las doce del mediodía, a muy poca gente se lo he contado. Yo no sé si fue un presentimiento o una premonición, o algo que te avisa que viene algo fuerte. No lograba dimensionarlo hasta que me pasó.
“Ese día me salí del hotel cerca de las dos y media, caminé y caminé hasta las 5 de la tarde hasta que llegó mi buen amigo Bichara para decime: ‘ya nos vamos y nos vamos en avión’”.
Cuando subieron a la aeronave, poco antes de que el destino los alcanzara, salió a plática el accidente que tuvo un mes antes Juan Camilo Mouriño, secretario de Gobernación en el periodo de Felipe Calderón.
“Pueden juzgarme de loco y no digo que esto haya tenido que pasar así, pero fue la última plática de nosotros en el avión. Fue como media hora antes del accidente. Empezó esa plática y yo les dije ‘no estén hablando de eso, no hay porque hablar de eso, ya pasó’, y a los pocos minutos estábamos pasando por una situación muy similar”.
‘CON VIDA PARA HACER GRANDES COSAS’
El recuerdo del accidente es algo que se quedó con Moreno. A los tres meses tuvo que volar para visitar a su compañera Mercedes Aguilar en el hospital San Javier en Guadalajara, después por trabajo tuvo que viajar constantemente, pero cada que se sube a un avión revive la tragedia.
Físicamente le quedaron las cicatrices de las quemaduras de segundo grado en el tobillo derecho, parte de la pierna, ya con humor recuerda: “se me achicharró una oreja, la izquierda, no se nota mucho, pero también se me achicharró un poquito”.
Hasta la fecha agradece todas las muestras de cariño que tuvo en ese momento, sigue en contacto con Rafael y Mercedes y desea lo mejor para las familias afectadas.
“Al menos en mi vida, hasta que yo me vaya siempre voy a recordar ese momento como uno de los más difíciles, no sólo para mí y para mi familia, para las familias de mis hermanos, porque yo les digo que somos hermanos, hermanos de una desgracia de la que no todos salimos bien”.