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Recuerda el obispo Raúl Vera, masacres en Saltillo contra los migrantes
Después de los hechos que sucedieron la semana pasada en donde elementos de la Fiscalía General del Estado mataron a un hombre extranjero que se disponía llegar a Estados Unidos de manera ilegal, y en frente de su hija de 8 años, el obispo Raúl Vera recordó otros procesos similares, durante la homilía de ayer.
“Nosotros no olvidamos el primer asesinato en 2001, donde varios migrantes fueron asesinados ya después de haber bajado del tren. Ya cuando estaban descansando. Los empleados de seguridad del tren comenzaron a emplear métodos terroristas que tenían que ver con el compromiso de México para que no lleguen los migrantes a EUA.
“Los guardias del tren, ya cuando estaban descansando en un yonke de piezas de carro llegaron a asesinarlos. Otros migrantes vieron las camionetas con el logo de la compañía de seguridad del tren”, recordó.
Agregó que las autoridades resolvieron la investigación trayendo a un hombre con retraso mental y vistiéndolo con un uniforme militar para culparlo del asesinato.
Añadió que los métodos terroristas también han sido utilizados por grupo de delincuencia organizada para atentar en contra de la migración.
“Estos métodos también los comenzaron a utilizar con la Mara Salvatrucha y el narcotráfico para que los migrantes no lleguen a EUA. Los migrantes no vienen por gusto, vienen por necesidad”, recordó.
“Pero todo lo que hacemos en contra de Dios es muchísimo, tiene un valor infinito. Y Dios es el único que puede perdonar los pecados. Por eso quedamos en un espantoso ridículo cuando nos negamos a perdonar a nuestros hermanos.
“No es bueno el rencor. No es bueno llevar cuentas. El rencor nos enferma. Aunque la persona no esté enfrente lo trae en el pecho. Existe un modo que usan los psiquiatras que se llama el método de sustitución. Primero escuchan al paciente para enseñarle cómo debe defenderse de no traer en el pecho, aunque la otra persona ya no está, se haya cambiado de país.
“Eso nos daña para otras cosas que hacemos. Después comenzamos a reflejarlo en otros. Después nos convertimos en seres insoportables”, lamentó.