Reconocen acervo de Román Piña Chan como Memoria del Mundo de México

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Reconocen acervo de Román Piña Chan como Memoria del Mundo de México

El acervo del maestro Román Piña Chan (1920-2001) fue inscrito en el Registro Memoria del Mundo de México. Foto Internet
La mayor parte del acervo, entre ellos manuscritos y fotografías, se resguarda en el Fondo Reservado de la Biblioteca Central de la Universidad Autónoma de Campeche (UACam).

El acervo del maestro Román Piña Chan (1920-2001) fue inscrito en el Registro Memoria del Mundo de México, y el próximo domingo recibirá esa distinción en el marco de la XXXVII Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM).

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informó que el reconocimiento se dio después de que el Comité Mexicano Memoria del Mundo nominó esta colección ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), al considerarla patrimonio de los mexicanos.

México cuenta con 13 reconocimientos nacionales, en el que ahora se inscribe el Acervo Román Piña Chan dentro del Programa Memoria del Mundo de la UNESCO, 14 de carácter regional (América Latina y el Caribe) y 11 mundiales, destacó el Instituto en un comunicado.

Esta colección da cuenta del trabajo de Román Piña Chan, quien entabló un diálogo cercano con las culturas mesoamericanas a través de la arqueología.

La mayor parte del acervo, entre ellos manuscritos y fotografías, se resguarda en el Fondo Reservado de la Biblioteca Central de la Universidad Autónoma de Campeche (UACam). El material puede consultarse en la biblioteca digital http://romanpinachan.uacam.mx.

De acuerdo con Ivan Urdapilleta, sobrino nieto del "último gran mesoamericanista", a través de la obra de Román Piña Chan se puede acercar al México que fue antes de ser nación y al que es hoy al mirar y entender nuestra cultura y sociedad a partir del legado de las civilizaciones mesoamericanas.

En 2002, Urdapilleta, responsable del acervo, y Beatriz Barba, antropóloga emérita del INAH y promotora del legado de su esposo, comenzaron a ordenar la riqueza documental que había en la casa del maestro en Chimalistac, Ciudad de México.

El acervo fue entregado cuatro años después a la UACam, que durante una década ha realizado esfuerzos para su conservación y divulgación, además de impulsar la nominación ante la UNESCO con el apoyo de Enna Verónica Lara Gamboa, coordinadora general de Bibliotecas de la institución educativa.

A decir de Urdapilleta, doctor en Historia y Etnohistoria, el conjunto documental abarca 307 manuscritos de artículos y libros, los archivos fotográficos del Área Maya y del México Prehispánico, dibujos e ilustraciones de estos dos grandes temas, libretas de apuntes y mecanuscritos, entre otros.

Explicó que en la veintena de libros y más de 200 artículos escritos por el maestro se encuentra su visión integradora del área mesoamericana, además se condensan su pensamiento y su labor intelectual a lo largo de seis décadas.

Bautizado con el mismo nombre del barrio campechano en el que nació, San Román, el maestro Piña Chan logró esa visión integradora de Mesoamérica al trabajar en 16 estados y ser director de proyecto en al menos 50 sitios arqueológicos del país.

Los manuscritos y los archivos fotográficos, que suman más de 34 mil piezas entre negativos, diapositivas, impresiones de contacto y positivos de intervenciones y piezas arqueológicas, revelan estudios etnográficos, ilustraciones y viajes por todo el país.

Urdapilleta mencionó que uno de los aportes de Román Piña Chan "fue aplicar un instrumento hermenéutico centrado en la arqueología, que consiste en interpretar el estudio de las fuentes etnohistóricas primarias, la iconografía, la cerámica, y dio a la arqueología desarrollada por él un enfoque sociohistórico".

"Concibió las líneas generales para comprender las condiciones económicas, sociales, políticas y religiosas del periodo Preclásico en Mesoamérica, marco en el que los nuevos arqueólogos tienen una alternativa para entender las complejidades de esa época, y logró que se reconociera a los antropólogos como científicos sociales y así superar la calidad de técnicos", puntualizó.