Reconciliación

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Reconciliación

ALEJANDRO MEDINA
En el 2021 no hay que llorar por lo perdido... es hora de actuar y dejar los consumos excesivos y la falsa moral de actuar de manera verde porque abandonamos la ingesta de carnes rojas

María Magdalena Briones Navarro cumplirá el próximo septiembre 95 años. Esta notable dama lagunera sigue sorprendiéndome con su lucidez y sabiduría, con su generosidad y sencillez, con sus atinados comentarios.

La maestra Magda siempre ha sabido lo que quiere, observa bajo su mirada holística lo que le rodea, está al día con las tendencias del vocabulario de uso popular, evoluciona y se conmociona con los cambios políticos, sociales y económicos que ha vivido.

Ha sido líder de movimientos ambientalistas y conservacionistas en Torreón, Coahuila, le queda claro que debe señalar cuando alguna vecina dispendiosa tira el agua en las banquetas o en la calle; llora de rabia cuando alguna persona le dice que su joven hijo que “levantaron” desconocidos, no regresará. Es un monitor humano de lo que acontece.

Hace diez años le pedí que representara a la Madre Tierra de fiesta y de luto en un video que se grabó para hacer conciencia de la necesidad de preservar Jimulco, que es un Área Natural Protegida Municipal en Torreón. Con todo su conocimiento y categoría permitió ser dirigida, pero ofreció mucho más de lo que llegué a pensar pues ella proyectó de manera magistral a una Madre Tierra doliente y también a una Madre Tierra con esperanza.

Magda Briones fue una gran bailarina de flamenco y una dramaturga con ideas propias, pero su mejor papel es el de poder representar la conciencia ambiental de varias generaciones. Así que cuando me llamó telefónicamente para desearme un buen año 2021 y que me externó con claridad que lo que debería hacer la humanidad en este momento es reconciliarse con la Madre Tierra, con los seres vivos que residen en ella y cambiar su estilo de vida por uno sustentable, volvió a ser esa guía necesaria para no perder la brújula en la lucha cotidiana para mejorar las condiciones del planeta, para entender que es un ser vivo que necesita respirar en su propia magnificencia.

No es una tarea imposible el reconciliarse con la naturaleza, simplemente hay que tener conciencia plena de que, si no la respetamos, estamos actuando contra nosotros mismos y el grito callado de la Tierra, por la manera en la que se le ha explotado desde la Revolución Industrial, puede dejar el anonimato para mostrar sus heridas y defenderse.

Así que en el 2021 no hay que llorar por lo perdido como infantes que piensan que pueden manipular a los mayores con sus lamentos, es hora de actuar y dejar los consumos excesivos y la falsa moral de actuar de manera verde porque abandonamos la ingesta de carnes rojas, cuando seguimos utilizando desmedidamente la energía no renovable.

En el 2021 tendremos oportunidad de reflexionar a la luz de fechas importantes para nuestro País: el inicio en 1521 de la construcción de un pueblo mestizo, y en 1821 el inicio de la etapa independiente de una nación que surgió del dolor y de la valentía de indígenas, mulatos, negros y mestizos.

Y en cada tiempo de las fechas históricas mencionadas –que serán fuentes de debates y de nuevos conocimientos–, la reconciliación se ha hecho presente para cerrar heridas, aunque quedan aún sin conciliar temas terribles que laceraron a mayas, yaquis y tlaxcaltecas.

El presente año nos da la oportunidad para reconciliarnos con la naturaleza, con nuestros familiares, con personas que han sido nuestros amigos y con vecinos con los que hayamos tenido diferencias. El 2021 es un año excelente para la reconciliación.