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Real Madrid se afianza en la punta, vence 2-1 al Bilbao
No fue el Real Madrid calamitoso que tarda en acomodarse a la cancha y se ve frecuentemente sorprendido el que salió a San Mamés. Se lo tomó con la seriedad que merecía la visita al campo más difícil de España. Pero sufrió lo habitual en los primeros compases. Una mala combinación entre su perene desorganización defensiva y la fuerza con la que el Athletic buscó tomar ventaja con todo lo que tenía al ataque. Lekue, Iñaki Williams y, sobre todo, Raúl García.
Diez minutos enteros en que el Madrid no daba la sensación de saber cómo mantener la compostura en defensa.
Empezaban a asomarse las dudas habituales: Marcelo, exhausto al no tener recambio, llegaba tarde a todo. Sergio Ramos apenas podía con Raúl García; Nacho y Dani Carvajal no terminaban de acomodarse y Casemiro complicaba aún más la situación por atrabancado. Si la fragilidad defensiva, sobre todo en jugadas a balón parado, no lo han dejado fuera de la carrera por el título es porque compensan con talento goleador.
Madrid encontró su primera oportunidad al contragolpe y aprovechando las limitaciones en velocidad del Athletic, se coló hasta el área para dar su primer aviso con un tanto anulado a Cristiano Ronaldo por fuera de lugar. Aunque no contó, sirvió para que el Madrid se sintiera más cómodo en la cancha. Sobre todo Karim Benzema, que a falta de ayuda por parte de Luka Modric y Toni Kroos, hacía de todo. Presionar, recuperar, distribuir, crear... Y golear.
Madrid no necesitó muchas oportunidades claras más. A la siguiente hizo efectiva su pegada. Cristiano Ronaldo aprovechó un balón largo de Casemiro para colarse en el área y servir un pase lateral a Benzema, que acompañaba en la jugada y sólo tuvo que meter el pie para batir a Kepa. Yeray se estiró todo lo que pudo para cortar, pero fue inútil. El portugués había medido perfectamente la llegada de Benzema.
Para entonces, el Madrid había recobrado algo de fortaleza atrás y ya no resultaba tan fácil para el Athletic intentar sorprender. Los locales, ansiosos por poner las tablas lo más rápido posible, empezaron a emplearse con mayor dureza.