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Reabren bar “Sabino Gordo”, escenario de balacera en Monterrey
Monterrey, Nuevo León.- En el 2011 se convirtió en el escenario de una de las peores masacres en la entidad, con la ejecución de 21 personas y ahora el bar Sabino Gordo ha reabierto sus puertas.
En esta ocasión, el negocio se denomina “El Palacio” y está funcionando desde el pasado fin de semana, luego de un mes de remodelaciones.
Al igual que una serie de casas de apuestas que habían sido cerradas, tras el ataque al Casino Royale, el bar fue reabierto a unos días de concluir la administración de la ex alcaldesa Margarita Arellanes.
Esa situación ha puesto en alerta a las autoridades municipales que han prometido investigar la situación.
“Estamos viendo algunos permisos que se dieron en los últimos dos días de la gestión”, aseguró el munícipe regio, Adrián de la Garza Santos.
Afirmó que les parece raro que a pocos días de culminar la administración de la panista volvieran a estar en funciones los negocios que se habían cerrado por provocar problemas al orden público.
En el 2011, el Sabino Gordo fue atacado por un comando armado que abrió fuego en contra de las personas que se encontraban presentes en el lugar, ocasionando la muerte de 21, entre empleados y clientes del local.
“Sabemos que abrieron algunos bares que ya había logrado el municipio de Monterrey cerrarlos, bares que habían causado problemas importantes en el orden público”, indicó el alcalde.
Advirtió que la autoridad no va a dudar en castigar a los funcionarios públicos que se hayan excedido en sus funciones.
“Eso es parte de lo que vamos a revisar y no vamos a vacilar ningún minuto si alguien se excedió en sus funciones”, sostuvo de la Garza Santos.
El bar está localizado en pleno centro de Monterrey, en Carlos Salazar y Villagrán.
Afuera del lugar, hay una cartulina que dice “El Palacio” y otra que solicita el servicio de meseras.
De acuerdo con la versión de los comerciantes de la zona comenzó a operar de nueva cuenta el domingo, fuera del horario de venta de cerveza.
Sin embargo, a pesar de encontrarse en el primer cuadro de la ciudad, ninguna autoridad se percató de que estaban violando el horario, a pesar de que gente entraba y salía del local.