Los Rays de Tampa Bay son la sensación y el equipo favorito de la afición al beisbol.

Eliminaron a los poderosos y ricos Yanquis de Nueva York y dos días después, dieron un gran primer paso para asegurarse de que los Astros de Houston no regresaran a la Serie Mundial al ganarles por 2-1 en el Juego 1 de la Serie de Campeonato de la Liga Americana.

Pasó un año y un día desde la última vez que estos equipos se vieron cuando los Astros ganaron el Juego 5 decisivo de la Serie Divisional, enviando a los Rays a casa y dejándolos con un recuerdo largo y amargo, particularmente después del escándalo de trampas de los Astros en 2017, el cual fue expuesto después de que terminó la temporada.

“Todos dijimos lo que pensábamos sobre esa situación. Es lo que es. Nadie ha olvidado lo que ha hecho o elegido hacer en los últimos años, y tiene que vivir con eso. Pero queremos terminar su temporada este año, haciendo todo a nuestra manera y derrotándolos en nuestro juego”, dijo el jardinero de los Rays, Kevin Kiermaier al término del juego.

Los Rays hicieron cambios drásticos y enfatizaron esfuerzos sobre todo en su bullpen.

Ayer se reflejó, pues luego de que Snell apenas aceptara una carrera en cinco entradas, entregó el juego al bullpen y la ofensiva de los Astros fue maniatada el resto de la noche.

La única amenaza real de los Astros fue en la octava entrada, cuando llenaron las bases, pero Diego Castillo entró al juego y, en un lanzamiento, indujo una doble play de Yuli Gurriel, que extendiendo la miseria ofensiva de Houston.