Rayados y los arrepentimientos

Usted está aquí

Rayados y los arrepentimientos

Rayados quizás haya jugado el sábado su mejor partido en lo que va del torneo. Si se lo mide desde la hechura colectiva ha dado señales interesantes: se vio un equipo conectado, rápido, provocativo y hasta entusiasmado, pero quizás también haya sido muy tarde.

Sin embargo, ni mostrando una mejor versión le ha alcanzado a Rayados para arrebatarle todo el paquete de puntos a un rival directo como Toluca. ¿Qué le faltó entonces? Definir, pero nada extraño para un equipo que ha sufrido durante todo el semestre en las dos áreas.

Mohamed dijo sentirse frustrado por la poca contundencia de Rayados. Un discurso a estas alturas que, por reincidente, ya provoca un efecto distractor en el abanico de justificaciones.

Pareciera que el equipo dejó ante Toluca gran parte de la clasificación porque no fue contundente, cuando en realidad Rayados se la ha pasado todo el torneo en penumbras, con partidos vacíos e improductivos, y no necesariamente por falta de puntería.

Mohamed ve cómo se le escapa la Liguilla y en aras de evitar otro fracaso busca consolarse con ese rollo de que Rayados es el equipo que más tira a portería en la Liga. El problema es que también le tiran mucho, un factor que igualmente influye al momento de equilibrar el análisis.

Pero quizás ahora ha llegado una etapa crítica de arrepentimiento. Mohamed hoy no puede creer que su equipo haya perdido tantos puntos de local -10 en total- lo que en gran medida ha condicionado la clasificación.

La observación del DT puede ser lógica, como también es cierto que un equipo con aspiraciones grandes debe ser competente, sobre todo frente a rivales de mayor exigencia y calibre, y este Rayados no lo fue.

No pudo en casa ni con Puebla, ni con Cruz Azul, ni con Tijuana, ni con América y ni con Toluca, y esta autopsia también dice mucho de su nivel, donde, cuando menos, ha sido en este torneo un equipo del montón, sin garantías de superación y con un estado de vulnerabilidad extrema.

Partiendo desde esta lectura, Rayados llega a esta recta final empujado más por las corazonadas que por su juego y siente que todavía puede contentarse con una clasificación que nunca tuvo en sus manos.

El detalle es que en la medida que se le reducen las posibilidades de avanzar a la Liguilla, también se le sube la exigencia. Por empezar, el sábado visitará a Tigres en un Clásico durísimo y cuyo pico emocional suele trastocar lo futbolístico.

Y en ese contexto, Rayados irá al Universitario con la urgencia de ganar porque cualquier otro resultado no le servirá.

Y para ganar, el equipo tendrá que ofrecer un comportamiento ofensivo sin provocar fisuras en las demás líneas, cosa que hasta ahora no lo ha logrado y no se antoja que pueda resistir mucho frente a un Tigres mucho más macizo y con un futbol punzante y venenoso.

Mohamed, en esa obsesión por atender la urgencia antes de lo prioritario, echa mano de todos sus delanteros o jugadores ofensivos posibles para “garantizar” más posibilidades de gol. Sin embargo, el plan nunca le salió, o al menos, no se tradujo en éxito.

Igual, esos riesgos que asume Mohamed son necesarios en un equipo que, al encontrarse con rumbo indefinido o en una situación complicada, se quita presiones y se suelta en busca de alguna ganancia.

Pero la reacción “in extremis” de Rayados quizás sea insuficiente para llegar a destino. Ha desaprovechado demasiado tiempo tratando de querer ser “el de antes” sin ser el de ahora. Quizás este punto también forme parte y hasta podría encabezar la lista de arrepentimientos.


Mario Sánchez