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Rayados y León se congelan en Monterrey
Una noche gélida que congeló las áreas no pudo ofrecer otro resultado que un frío empate sin goles entre Rayados y León.
Ni siquiera la tibieza de algunas aproximaciones fue suficiente para escapar de la monotonía de un desarrollo que estuvo condicionado por la tempranera expulsión de Edwin Cardona. Fue un 0-0 gris, sin tonalidades y, lo que es peor, sin ideas.
León se acabó ahogando en su propia impotencia teniendo ventaja numérica. Fue muy pálido su juego y extremadamente irresoluto. Chocó contra sus manifiestas limitaciones y dejó pasar el tiempo y las oportunidades porque no sólo le faltó tacto, sino también atrevimiento.
Para Rayados, que jugó con 10 hombres por casi 70 minutos, fue un resultado favorable si se lo mira desde la inferioridad numérica y por cómo tuvo que modificar su plan para evitar una derrota.
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— Club León (@clubleonfc) 29 de enero de 2017
Pero si bien pudo esquivar a León, no así los abucheos de sus aficionados que, por segundo partido consecutivo en casa, vieron como su equipo no pudo entregarles una victoria.
En BBVA Bancomer, Rayados sigue vacío de mejores resultados y en el torneo, también: lleva tres empates en fila y todavía no logra mostrar cuál es su cara verdadera.
A Rayados se le siguen estropeando los partidos por expulsiones, propias o de los rivales que imposibilitan medir su amplitud futbolística. Una situación que le traslada preocupaciones y le alteran más el fondo que la forma de jugar.
Esta vez una irresponsabilidad de Edwin Cardona al 21’ dejó a su equipo con 10 y con un panorama sombrío. El colombiano, que inició por primera vez en el torneo, la regó feo con un codazo innecesario sobre Fernando Navarro en una jugada intrascendente.
Cardona tuvo su oportunidad y la desaprovechó con un grosero error que no cabe en el manual futbolístico de un jugador hecho. Ahora no sólo tendrá que pagar por la roja, sino también tendrá que ganarse otra vez la confianza de Antonio Mohamed y el grupo.
La acción del colombiano sacó de contexto a Rayados y al partido. Porque el desarrollo entró en una dinámica sin balance. El local se refugió y León se movió más con el balón, aunque ello no signifique que lo haya manejado mejor.
Todo el segundo tiempo se dio en un marco donde Rayados se defendió –y lo hizo bien- y León avanzó, pero sin profundidad ni opciones claras. El 0-0, al final de cuentas, le quedó justo a los dos.