Rayados y el ‘mal de ojo’

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Rayados y el ‘mal de ojo’

El Puebla le ganó muy bien a Rayados. Le hizo un culto al “jugar inteligente”, ese propósito tan trillado que usan técnicos y jugadores cuando del otro lado tienen a un adversario teóricamente complejo.

El plan del “Ojitos” Meza no sólo fue inteligente, sino que resultó. Incluso, mucho mejor que el diseñado por Caixinha hace algunas semanas atrás cuando Cruz Azul no logró neutralizar del todo a Rayados en el BBVA, pero el intento estuvo acertado.

Lo curioso es que los últimos rivales le han jugado al Monterrey con mucho sentido común asociado a la destreza para un similar fin. Ya todos -incluido el Atlas- le han echado un ojo al estilo que propone Mohamed y ya todos saben cómo deben comportarse.

No es tan difícil: cuando más tenga el balón Rayados, se le reducirá drásticamente su peligrosidad.

La posesión no le da crédito como equipo, sino que lo ridiculiza. No sabe qué hacer con el balón. Es inofensivo. Se vuelve manso y se pone triste porque no procesa ni progresa. Se vuelve estéril y vulnerable.

En ese modo, ya cualquiera puede hacerle partido a un equipo que hasta un torneo atrás solía levantar a la gente de su butaca para aplaudir un contragolpe o una electrizante jugada de gol. Hoy la gente se levanta y se va. Los subcampeones ya no contagian.

La teoría de Caixinha fue anular a los centrales de Rayados para evitar el pelotazo largo. Esta medicina tuvo que ser combinada con otra: no darles tantos espacios a los receptores (Hurtado, Pabón o Funes Mori). Apagada esta conexión, Rayados se vuelve común.

La propuesta de Meza fue algo parecida, pero más proteccionista. Puebla esperó casi siempre en su campo o detrás de la línea de la pelota. Prefirió ceder el control para sumar más anticuerpos y rechazar todas las intenciones de Rayados vía pase corto, que es donde pierde combustión.

Puebla le cerró los caminos a un equipo que no diversifica su estilo, sino que se hunde cuando no lo puede consolidar en un partido. No tiene variantes ni jugadores que tengan la claridad para modificar hábitos sobre la marcha.

Para el supersticioso Mohamed, puede que Rayados esté sufriendo el “mal de ojo”. Los rivales ya lo miran con intenciones futbolísticamente agresivas, para lo cual el DT no ofrece respuestas.

Incluir a Molina de inicio, darle un rol más secundario a Jonathan González, quitar a los dos laterales Medina y Velarde, mantener a los tres delanteros y sumarle dos más (Benítez y Domínguez) para avanzar con más -pero no mejor- y defender con menos, no habla de un equipo distraído, sino de un entrenador confundido.