Rayados necesita un reset

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Rayados necesita un reset

A Rayados se le cayó la corona y a Mohamed no sólo el equipo, sino la credibilidad. El aficionado se siente desilusionado y el desgaste es general.

Haber quedado eliminado en la Copa MX es lo de menos. De campeón llevaba sólo el rótulo, pero no el juego. Perder por penales tampoco es un problema como tampoco lo es el “síndrome Avilés” o el deficiente estado del campo de juego.

El problema de Rayados es intestinal. Jugadores que son figuras en fases regulares, pero a los que le secuestran la personalidad en instancias decisivas.

Pero también hay una cuestión de ejecución. El alcance de Rayados hoy es muy limitado, sujeto a algún zapatazo o a alguna acción aislada para llegar al gol en complicidad con el rival. Ya no todo pasa por lo que pueda resolver o definir el equipo.

Cuando se entra en esta fase de dudas y poca rentabilidad futbolística los ojos van directo al entrenador. ¿Mohamed todavía puede convencer a un grupo de jugadores que supone estar aburguesados?

Rayados no ha ganado nada. Ni siquiera la última Copa MX cuenta como factor determinante para ponerle crédito a la gestión de Mohamed.

Rayados ha sumado mucho gracias a una treintena de futbolistas que le alimentaron el proyecto a Mohamed. Ni así, pese a los jugosos números que sólo sirvieron para presumir estabilidad en la tabla del descenso, el equipo logró capitalizar objetivos sustanciosos.

El aficionado común, incluso, al que por moda va a los partidos, está convencido que el proceso Mohamed no da más el ancho. El equipo ha perdido crédito y el BBVA muchos abonados.

Gente que ha preferido sacrificar lo que pagó, un fenómeno poco común en tierras regiomontanas. Sin embargo, es una señal de protesta. Desde la fatídica Final frente a Tigres, a Rayados le costará un tiempo encantar otra vez a sus seguidores.

Mohamed se debe hacer responsable de otro fracaso, pero también de la pérdida de combustión de un equipo al que se lo ve confundido. El DT también supone tener algo de eso. Últimamente quiere meter más delanteros para intentar hacer más goles.

El estilo ya no es determinante. Tampoco la fertilidad ofensiva. El equipo corre más de lo juega, cuando la ecuación debería ser al revés.

Moverle al cuadro con desesperación son reacciones de Mohamed como las que tuvo al comienzo de su proceso, lo cual es otro mensaje de que su gestión ya enfiló hacia la curva descendente.

¿Rayados necesita un cambio de aire? 
Probablemente sí. No necesita cubrir vacíos con más jugadores, sino con nuevas ideas. Y obvio, nunca tuvo un reset. Todavía están en diciembre.