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‘Quiroga, bufón estridente de la ultraderecha’
CDMX.- En su publicación de hoy, la revista Proceso afirma que el expresidente boliviano, Jorge Tuto Quiroga, se ostenta como un demócrata, pero su mentor político fue el dictador boliviano Hugo Banzer. Se presenta como un defensor de la moral y la decencia públicas, cuando ha sido procesado por corrupción. Dice abogar por los derechos humanos, pero fue el arquitecto y ejecutor de un plan antidrogas que produjo represión generalizada y el asesinato de unos 50 campesinos en el Chapare.
Tuto Quiroga, quien a pesar de que ocupó la presidencia de Bolivia sólo un año, entre 2001 y 2002, y de que lo hizo sin que haya sido electo por el voto popular para ese cargo, ha lucrado desde entonces con su condición de “expresidente” y con su papel de detractor oficioso de la izquierda latinoamericana.
REPUDIADO EN SU PAÍS POR VARIOS SECTORES
Quiroga es repudiado en su país por amplios sectores, que lo consideran un político elitista alineado con los intereses de la clase empresarial, los terratenientes, los inversionistas extranjeros y Estados Unidos, país en el que se educó y en el que trabajó siete años en una firma multinacional.
Frente a la escasa aceptación interna, que se corroboró en las derrotas que sufrió frente al líder indígena Evo Morales en las elecciones presidenciales de 2005 y 2014, Quiroga encontró acomodo en los círculos de la ultraderecha iberoamericana.
CON DISCURSO ANTIIZQUIERDISTA
El profesor e investigador de la Universidad Mayor de San Simón en Cochabamba, Bolivia, Fernando Salazar, dice a Proceso que Quiroga vende “un discurso antiizquierdista totalmente distorsionado, en el que tramposamente ubica cualquier proyecto de la izquierda latinoamericana en el marco del Socialismo del Siglo XXI de Hugo Chávez”.
En esa retórica, explica el doctor en ciencias sociales, no existen diferencias entre lo que han sido como presidentes José Mujica en Uruguay, Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil o Nicolás Maduro en Venezuela. Para él, agrega, no hay matices. Es una visión maniquea en la que los proyectos izquierdistas son malos y perversos y los derechistas son buenos e impolutos.
Con información de Proceso