Quietecitos
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Quietecitos
Luego de la derrota de las Águilas americanistas en Japón en el Mundial de Clubes, vino una andanada de "memes" por ese hecho, solo comparable a la derrota de los Pumas que se habían dado gusto hace unos días cuando los de Coapa fueron echados de las Liguilla por los del Pedregal.
Terminando el Mundial en forma prematura para los Aguiluchos y los Pumitas como subcampeones del torneo, ya mejor todos los fans --naquísimos la mayoría por su linaje chilango-tepiteño-- se quedaron quietecitos, calladitos.
Aplicaron la de "Pos ya pa'qué me muevo... me duele más'.
La neta es que que los mexicanos hayan chupado faros en el Mundial ya no es noticia. A todos les ha pasado igual. Van a pasearse. No tienen nivel siquiera para competir de tú a tú con los asiáticos o africanos, entonces, con sudamericanos y europeos, ni pensarlo.
El único equipo que yo recuerdo que hizo una actuación decorosa fue el Necaxa de, no sé si de Lapuente o Arias, pero andaban ahí Chema Higareda, Sergio Almaguer, Chava Cabrera, Markus López, Checo Vázquez, Alex Aguinaga, Lucho Pérez, el Tin Delgado y Nacho Ambriz, el ahora entrenador del equipo eliminado, entre otros.
Los Rayos vencieron al Real Madrid en penales, un Madrid, que no era poca cosa, que estaba lejos de ser la Galaxia que fue después, pero ya traía a Íker, a Morientes, Raúl, Helguera, Steve McMannaman, Roberto Carlos, Hierro y Eto'o, entre otros.
Eso fue allá por el 2000.
Pero le digo, ¿a que diantres van?... tengo unos amigos Rayados que suelen presumir mucho llegar a esas instancias y ser campeones de la Concachafa, pero... ¿como de qué sirve?, si ya sabemos que, excepto aquellos Rayos, --tremendo mote de esos changos-- todos los demás han ido a darlas... timas.
Y de la Final del futbol mexicano? Nadie habló de los tres goles del Chícharo el domingo. Si acaso unas horas, porque la Final del Pumas-Tigres eclipsó aquello.
Al rato ya nadie hablaba de que los de la UNAM le devolvieron la cortesía a los Tigres y les pusieron un baile. Yo juré que bailaban los Pumas y al final sí bailaron, pero ahora los que no solo tuvieron que cambiarse el pañal, sino que por poco se mueren de un infarto, fueron los Tigres y toda la bola de sus aficionados.
Bolota, pues, es que son un tiznamadral.
Al final sucedió lo que anticipamos aquí hace algunas semanas, que Tigres podría --y pudo-- ser campeón. Con el dése en la mano, pero campeones al fin.
Ya que luego Jiménez se robe los titulares del festejo no tanto por anotar el penal del triunfo, sino porque lo celebró dándose un besito de lengüita con su pareja, Nahuel, y luego posando en cueros en las selfies de Tuca, posí está medio cañón, la verdad...
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Por cierto...
El ridículo del presidente de Televisa, digo, el ridículo por el que pasó, no que él sea ridículo (bueno, también) ya no lo aguanta y seguro ya está buscando otro vicepresidente y un nuevo entrenador.
Ya le dije que a mí ni voltee a verme. Que yo no me junto con la chusma.
¿O tú cómo ves?