QUIERO SER COMO LA HIERBABUENA

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QUIERO SER COMO LA HIERBABUENA

Existe un hermoso libro titulado “JOYAS DE LA AMISTAD”. Es una antología compilada por el prolífico escritor mexicano Salvador Novo; ya que escribió poesía, obras teatrales, relatos, guiones para cine, crónicas y ensayos. Lo leí por primera vez en mi juventud. Valga explicar que aún me siento joven porque como dijo Víctor Hugo: “los mejores años de mi vida están por llegar”.

Por la mañana esperé sólo a que calentara un poco el sol, para salir a revisar mi pequeño jardín, el que es uno de mis deleites. Tanto en invierno; el que me deprime un poco porque limita mis actividades cotidianas, como cuando empieza  a manifestarse la aparición de la primavera. Me encanta el contacto con la naturaleza que pródiga en verdes y colores mil, alegran y enaltecen mi espíritu. Es mi estación preferida. Siento que la vida renace y, que como la savia de las plantas, mi sangre corre más ligera y me siento libre y poseedora de fuerza y alegría. En mi inspección llegué a una maceta de hierbabuena, la que cuido con especial atención, pues su sabor y olor dan a   mis alimentos ese toque exultante que inspira agrado y satisfacción.

Al escarbar un poco para aflojar la tierra y checar la humedad, me di cuenta que las raíces de la planta habían crecido y propagado de tal manera, que ya es necesario un lugar más amplio para propiciar su crecimiento. Presto me di a la tarea de cambiar la planta. No fue fácil, sus raíces crecen unidas y van formando una cadena que da lástima romper porque son, además muy fuertes. En ese momento la comparé con la amistad. Este pensamiento nació, tal vez, de lo mucho que en estos días he pensado en los amigos. Aquellos que ya no están y tanto extraño, y en los que tengo la fortuna de disfrutar y a quienes valoro como dice Novo, como una preciosa joya, y que tanto amor han aportado a mi vida en todos los momentos difíciles y felices, los que sin compartirlos con ellos no serían tan importantes. Porque son como una familia a la que no es necesario que existan lazos de sangre para tener una convivencia llena de estímulos, llena de amor. Y, sí, quisiera emular a la hierbabuena y que las raíces de mi amistad estén tan unidas que no sea fácil romperlas ni con el crudo invierno de los obstáculos o mal entendidos.

Se ha escrito y hablado muchísimo sobre la amistad, sin embargo, nunca será bastante ponderada. El mismo Cristo, de alguna forma, dependió del estímulo de sus amigos para llegar a su destino: la Cruz, y desde ahí seguir amando y prodigándonos su fe, su fuerza para que fuéramos mejores seres en este mundo, en ocasiones tan difícil, y  entendiéramos aquello que dijo: “amaos los unos a los otros”; a pesar de las circunstancias adversas que se atraviesen en nuestro camino de la vida. Deseándoles una vida llena de amistades, les regalo la siguiente poesía:

L A  A M I S T A D

Es el más noble y humilde de los sentimientos/crece al amparo del desinterés/y se nutre dándose y florece con la comprensión/Su sitio está junto al amor/ sólo los honrados pueden ser amigos/ porque la amistad no admite cálculos, ni sombras ni dobleces. / Exige en cambio: sacrificio, valor, comprensión y verdad/ Verdad sobre todas las cosas.

Reciban otro abrazo, ya que pienso que muchos han recibido y…la realidad es que al final…TODOS SOMOS HISTORIA.

M.E.L.L.

TODOS SOMOS HISTORIA