¿Quieres que te vaya bien?
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¿Quieres que te vaya bien?
Honra a tus padres, para que tu vida sea plena. Honra tu matrimonio, para que tu vida de buenos frutos. Honra a tu familia, para que tu paso por esta vida tenga sentido. Honra a Dios, para que tus padres, tu matrimonio y tu familia sean bendecidos. Hace poco escuché esta frase “¿Quieres que te vaya bien? Honra a tus padres”, y me hizo reflexionar en gran manera. Tengo la fortuna de tener a mis padres en vida, y en mi proceso personal, he aprendido a darles su lugar en mi vida, agradecerles y buscar honrarles por tanto que me han dado. He aprendido con el tiempo que es verdad lo que dice Hellinger, quien está conectado con su madre brilla, y quién toma a su padre abre la puerta a su realización personal.
Y es que muchos de nuestros problemas o los problemas que vamos creando, vienen de resentimientos, aparentes carencias, inseguridades y situaciones de infancia que no hemos podido resolver, que no hemos querido soltar y en ocasiones muchos pendientes por perdonar. Conozco a gente que no desea soltar esa herida y la cargan por mucho tiempo, hasta que esta se convierte en una piedra que pesa más que ellos mismos. Paulo Coelho decía “Honra tu camino. Fue tu elección, fue decisión tuya, y en la misma medida en que tú respetes el suelo que pisas, este mismo suelo respetará tus pies.” Para crecer y evolucionar, hay que darle a cada cosa su lugar, soltar lo pesado, decidir fluir, abrazar la oportunidad del camino y caminarlo con responsabilidad.
Si no nos decidimos caminarlo, viviremos culpando a todos los que han sido parte del crecimiento, ya sea en gozo o heridas. Es importante comprender que lo que hemos vivido nos ha dado herramientas para quien somos hoy. Si deseas tomar todo el éxito que Dios y la vida tienen para ti, es importante soltar todo amándolos con sus imperfecciones y aceptarlos a pesar de ellas. Si deseas sanar y reconectar con tus padres para tomarlos, te sugiero seguir estos pasos de Luz Rodríguez. ¿Cómo sanar mi relación con mis padres? Reconocer que no existen fórmulas mágicas: por muy buenas que sean las técnicas actuales de terapia si les otorgo el poder sanador, estoy dejando de asumir mi responsabilidad interna que es la que realmente me lleva a hacerme consciente.
Comprender que hicieron lo que mejor sabían hacer: Cada uno de nuestros padres está sometido a sus propios padres, con sus dinámicas de vinculación particulares. Con las costumbres de su época. Aprendieron con nosotros por ensayo y error con las herramientas que tenían. Aceptarlos tal como son: Cuando yo como hijo quiero cambiar a mis padres estoy asumiendo el papel de “padre” y me lleno de soberbia con ello, rompiendo una ley de vida y por ello efectivamente fracaso. Algunos padres efectivamente abandonan o maltratan…eso es real, pero esa aparente “imperfección” nos da un hermoso regalo, porque nos otorga la oportunidad de amarlos tal y cual como son. Renunciar a creerme “mejor padre o madre”:
Porque la vida se encargará de demostrarnos que lo terminaremos haciendo igual o peor que ellos. La vida compensa la humildad y castiga la soberbia. Avanzar hacia la vida: En lugar de quedarnos anclados en los reclamos y los juicios, que lo que vivimos nos sirva de experiencia, para hacer algo bueno con ello…para vivir una buena vida. Porque si me mantengo en el sufrimiento no habrá valido la pena nada de lo que hicieron. Aprender a cuidar de ti: Hacerte responsable de tus sueños y metas y dedicárselo a esos dadores de vida, porque gracias a ellos puedes hacerlo…indiferentemente si los conociste o no.
Porque ellos viven dentro de ti, gracias al legado que te dieron están aquí y ahora. Respetándolos como los grandes: Eso en ningún momento implica que te vas a quedar a su lado y que se encarguen de ti o que tienes que hacer lo que te dicen. Es simplemente comprender que lo que dicen está lleno de su visión de la vida y que es válido para ellos. Tampoco procurar que hagan lo que deseas o creerte que sabes lo que es mejor o peor para ellos. Y sobre todo Agradeciendo lo que te dieron…porque gracias a eso estás aquí y puedes pasar tu vida a otros. El restablecer los vínculos amorosos con tus padres es un camino seguro a tu felicidad y la de tus hijos y tus relaciones en general. ¿Quieres que te vaya bien? Honra a tus padres, y cómo diría Hellinger, “Ama a toda persona tal como es, por muy diferente que sea a ti.