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¿Quién es y porqué Diego Ramírez es el técnico de la Sub 20 de México?
La Selección Mexicana Sub 20 está al borde de la eliminación del Mundial con sendas derrotas ante Italia y Japón pero...¿De quién es la culpa?
Los jugadores son los que salen a la cancha sin embargo, el técnico del Tri Sub 20, Diego Ramírez tiene gran parte de la culpa en la debacle de la Selección.
Diego Ramírez es hijo de Jesús Ramírez, técnico que llevó a la gloria al Tri Sub 17, y se inició como futbolista profesional en el Atlante. Jugó un partido y fue enviado al Acapulco FC.
Miguel Herrera lo devolvió al primer equipo y se lo llevó a los Rayados del Monterrey, donde estuvo 13 partidos y ya nunca más jugó. Regresó al Atlante por dos torneos y se retiró a los 28 años para iniciar su carrera como técnico.
El "Piojo" llegó al América en su primera incursión, y de nuevo, Ramírez fue solicitado por el Piojo, esta vez como parte de su equipo técnico.
Después fue a Xolos, de nuevo como parte del equipo auxiliar de Miguel.
Su primera experiencia como técnico fue en Dorados para dirigir al equipo en el Apertura 2017. Ahí consumó su primer fracaso y fue destituido tras 20 partidos.
La realidad es que la figura de su padre influyó para que Ramírez tomara el mando de la Sub 20.
Guillermo Cantú, exsecretario de la FMF, fue quien impuso a Ramírez a pesar de que Te Kloese le recomendó a alguien con experiencia a un lado.
De acuerdo a la Columna de Sancadilla de Reforma. Ramírez no se dejó ayudar tácticamente por la estructura de Selecciones Menores, encabezada por Juan Carlos Ortega.
La columna señala que "acusado de sentirse el nuevo Pep Guardiola, por sus conceptos innovadores, el DT de 37 años se salió de la línea futbolística que dejó como norma Dennis te Kloese en cuanto el holandés se fue a la MLS".
"No escuchó consejos, eligió a jugadores equivocados y dejó a otros fuera".
Citan como ejemplo al jugador del Atlas, Jairo Torres, que fue campeón con los Rojinegros en la Sub 20 y fue convocado, pero a la Sub 22 del Tricolor.
Además, existieron otros factores que consumaron el fracaso como el poco apoyo de los clubes para prestar a los jugadores, pero esa responsabilidad también recae en Gerardo Torrado, director deportivo, que mostró nula capacidad de gestionar las convocatorias de los jugadores.