¿Quién determina el interés nacional?

Usted está aquí

¿Quién determina el interés nacional?

Corresponde al Ejecutivo plantear a los mexicanos cómo lograr un equilibrio entre los derechos humanos y la seguridad

En el sistema presidencialista mexicano es el titular en turno del Poder Ejecutivo quien formula los intereses nacionales. 

El interés nacional es “la razón de Estado”, el conjunto de objetivos y ambiciones que le dan rumbo a un Estado nacional y mueven a sus ciudadanos. Sin embargo, en México se confunde con frecuencia el interés nacional con la agenda personal del presidente, con las prioridades del gobierno federal, o con los fines del partido político en el gobierno. 

Los poderes fácticos en los hechos “secuestran” al interés nacional. Las élites con frecuencia se arrogan su representación: por ejemplo, en Estados Unidos, durante décadas se decía: “Lo que es bueno para la General Motors, es bueno para Estados Unidos”. 

Nominalmente, México basa su política exterior en la observancia de ocho principios: La autodeterminación de los pueblos; la no intervención; la solución pacífica de controversias; la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales; la igualdad jurídica de los Estados; la cooperación internacional para el desarrollo; el respeto, la protección y promoción de los derechos humanos; y la lucha por la paz y la seguridad internacionales. 
La observancia de los principios oscila entre “lo que la conciencia permite y lo que los negocios requieren”. ¿Son hoy nuestros principios e intereses consistentes entre sí o se advierten tensiones entre ellos? 

Los días 2 y 3 de mayo se llevará a cabo el foro “México Global: intereses y principios de política exterior”, convocado por el Instituto Matías Romero, el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y el CIDE, cuyo programa se puede consultar aquí: “https://www.gob.mx/sre/articulos/asiste-al-seminario-internacional-mexico-global-intereses-y-principios- de-politica-exterior”. 

Entre los dilemas que se abordarán están: 

1. ¿Puede /quiere el gobierno de México resistirse o impedir la vigilancia internacional sobre derechos humanos? Hoy parecería que a algunos funcionarios les estorba el escrutinio del exterior en el caso Ayotzinapa. 

2. ¿Qué quiere México con Estados Unidos? El cambio de titulares en nuestra embajada en Washington, en la red consular y en oficinas centrales pueden ser un instrumento, pero no son por sí mismos una nueva estrategia. El conocimiento fino de los factores del poder económico y político en el país vecino es un elemento indispensable para construirla e instrumentarla. 

3. La cooperación hacia Guatemala, Honduras y El Salvador, preconizada por la Cancillería, se hace nugatoria cuando los agentes migratorios mexicanos contienen, detienen, deportan y niegan el derecho a solicitar refugio a personas que vienen huyendo de la amenaza de una muerte violenta en sus comunidades de origen. 

4. ¿Cuáles son los intereses y los principios que deben orientar las posiciones del Estado mexicano en su relación con otros actores internacionales del sector energético, tanto Estados como iniciativa privada? 

5. En los tratados mega-regionales que se están gestando en el Atlántico y en el Pacífico, las corporaciones multinacionales pueden demandar a gobiernos nacionales electos por lo que consideren actos de proteccionismo laboral o ambiental. ¿Qué representa esto para nuestros intereses nacionales? 

En suma, ya no basta decir que nos queremos llevar bien con todos. Corresponde al Ejecutivo plantear a los mexicanos cómo interpreta el principio de no intervención en un mundo conectado globalmente, y cómo lograr un equilibrio entre el principio de los derechos humanos y los imperativos de seguridad. Ello es crucial si queremos fortalecer a México como un jugador por derecho propio, que aspira a ejercer una influencia diferenciada en el sistema internacional. 


Profesor Asociado en el CIDE
Twitter: @Carlos_Tampico