¿Quién da más?

Usted está aquí

¿Quién da más?

Ante la caída de los petroprecios, la industria automotriz es ya el motor de las exportaciones en México, ya que aporta el 3% del PIB del País y contribuye con un 32% en el renglón de las exportaciones totales por año


Me queda claro que el sector automotriz es el nuevo motor de las exportaciones en México, esto debido a la caída de los ingresos del  petróleo y de la generación de la energía que proveen Pemex y CFE respectivamente. Ahora mismo, esta industria, la automotriz, aporta más: el 3% del PIB del país, además de contribuir con un 32% en el renglón de las exportaciones totales por año.

No por nada somos el primer país productor de autos de América Latina y con el ritmo de crecimiento que se tiene, pronto estaremos en el quinto peldaño a nivel global. 

Somos un país que en los últimos tres años ha recibido inversiones automotrices por el orden de los 23,200 mdd, teniendo 21 armadores en 14 Estados del territorio azteca.

Pero, ¿cuál es el precio que se paga a cambio de que vengan las armadoras y se instalen en nuestro territorio? No vayamos tan lejos con este tema, nuestro vecino estado de Nuevo León está viviendo una encrucijada por el gran número de beneficios que la administración anterior al “Bronco” le otorgó a la armadora coreana KIA Motors que será instalada en el municipio de Pesquería y que ascienden a más de 600 mdd considerados como una carga financiera para el Estado.

Nos referimos a estos “incentivos” en materia fiscal como excepción en el pago de impuestos municipales y estatales como: facilidades para tramitar gratuitamente los permisos ambientales y de construcción, donaciones de bienes inmuebles, y por supuesto, la construcción de vías de acceso; así como la infraestructura propia para la instalación de las empresas.

La teoría nos dice que los incentivos deben de ir acorde al fortalecimiento que la empresa va a dar al estado en donde se va a ubicar.  Especificar con base en los empleos creados directos e indirectos, los sueldos promedios, el monto de inversión aplicada y proyectada a futuro, así como el empuje económico que pueda dar a proveedores locales. 

El problema se agudiza cuando estos incentivos se manejan con opacidad, discrecionalidad  y basados en estudios poco confiables o poco apegados a la realidad y creados con  el objetivo de ganar reflectores. Estos ponen en juego la estabilidad de los recursos públicos de un Estado o Municipio. 

Estos temas deben de estar muy bien regulados para que precisamente después no vengan las discrepancias financieras y económicas al momento de ejecutar los proyectos entre ambas partes, gobierno e iniciativa privada.

Además, cabe señalar que el Gobierno Federal no interfiere sustancialmente ante un conflicto de intereses, alegando respeto a la autonomía de las entidades.

Ahora bien, México no es el único país que en Norteamérica da incentivos para traer capitales en las diferentes ramas de la industria. Los Estados Unidos y Canadá ya  lo hacen con mayor frecuencia, pero de una manera más reservada aun y con las ventajas robustas de su  economía. Honda, Nissan, Daimler, Ford, Toyota y ahora KIA saben que México depende enormemente de esta industria, pero el punto central de tenerlos o traerlos es vender, pero sin quedarte vendido, porque el boom automotriz cuesta y cuesta mucho.