Percibo a los que se sienten solos, a los desesperados, a los que están asustados. No soy la única. Hay canciones. Eleanor Rigby, Lady Madonna, Blackbird, You’ve Got a Friend, Let it Be, Lean on Me, Bridge over Troubled Waters… A diario nos topamos con alguien que la está pasando mal y generalmente no tenemos la respuesta a sus problemas.

Desde poemas a canciones a hermosos escritos hemos asegurado a otros que estamos para ellos cuando nos necesitan, y en ocasiones tenemos los medios para resolver o cuando menos aligerar. En otros momentos, la situación no tiene remedio alguno. La tristeza, una pérdida, un fracaso, una enfermedad. ¿Qué significa “estar para el otro” cuando no hay nada que hacer?  

Sobreproteger a alguien y resolverles todas y cada una de sus situaciones es una dinámica que no tiene fin, y que provoca una relación en la cual una persona se siente sobrecargada y molesta, y la otra persona se vuelve inútil y merecedor, acomodándose en la idea de que no puede o no tendría que hacer nada por si mismo. Se convertirá en dependiente y muy exigente a la vez.

Seguimos en tiempos complicados y hay mucha ansiedad, depresión y soledad. Noto que estamos confusos y desesperados. Nos sentimos inseguros, y no hay una manera 100% asertiva de manejar eso. Cada uno está lidiando como puede, pero sí creo que ayuda si estamos disponibles para otros, no solo (ni siempre) para resolverles un problema, pero sí para escuchar y validar. Validar es tomar lo que expresa el otro y confiar en que eso es lo que hay en su mundo interno, y desde allí, acompañar.