En “Querido don Benito: el amor que salvó a la patria” Pedro J. Fernández recuenta los años del exilio de Margarita Maza en los Estados Unidos durante la Intervención Francesa y a través de sus cartas nos adentra en uno de los momentos más importantes del país.

El autor de “Yo, Díaz” e “Iturbide, el otro padre de la patria” regresa con esta novela en la que explora otro aspecto más de la historia de México a través de la ficción y nos presenta con un retrato poco visto de la relación entre Benito Juárez y Margarita Maza.

En entrevista con VANGUARDIA el escritor nos contó cómo fue el proceso de escritura de esta novela de ficción histórica y qué descubrió sobre estos personajes durante el tiempo que dedicó a esta publicación.

¿Cuánto tiempo dedicaste a la creación de este libro y porqué elegiste contar esta historia?

A diferencia de mis otros libros que se trabajaron en un año aquí dediqué menos de seis meses porque la investigación ya estaba más o menos hecha entre lo que descubrí cuando escribí la novela de Porfirio Diaz.

Tomé la investigación que ya tenía y decidí recrear un personaje que se ve poco en la historia de México, que es Margarita Maza, porque siempre la vemos a la sombra de Juárez, como la esposa abnegada y yo creo que es importante rescatar su legado.

¿Porqué decidiste que la historia fuera contada a través de las cartas de Margarita Maza?

Es una forma en la que Margarita puede contar todo lo que está viviendo, todo lo que está sintiendo, que describa las ciudades en las que llega y que pueda también hablar de cómo era viajar por Estados Unidos, huyendo de un imperio. Creo que es un formato amigable para este tipo de novela y que sí ayuda a descubrir quién era esta mujer

¿Qué descubriste de esta pareja durante la investigación?

Descubrí a esta gran mexicana. Creo que siempre hemos visto a los Juárez, sobre todo por el trabajo político que tenía don Benito, pero en este caso descubrí a una pareja que le costó mucho; estuvieron separados por tres exilios, dos de Don Benito y el de Margarita, el que cuenta la novela.

Descubrí a un Benito más humano, que le gustaba bailar, que le costó trabajo enamorar a Margarita; descubrí la parte familiar de esta pareja y me pareció que se debería contar su historia de amor, más allá de la parte política que ya está muy vista y además se ha revisado mucho en los últimos años.

¿La voz de Margarita en las cartas que escribe en el libro está inspirada en las cartas que ella escribió en la vida real?

La construcción del personaje es completamente ficticio; en la investigación sí me adentré a las cartas que escribió estando en el exilio, porque sí tenían una correspondencia entre Margarita y Benito, pero la construcción que le di al personaje me permitió hablar de cómo era este exilio.

Lo que hace mi novela es descubrir mucho más de cómo era Margarita y lo que fueron los Juárez durante su vida.

Las cartas reales abarcan el exilio, pero son mucho más económicas en el sentido del lenguaje, sobre todo porque no podían extenderse tanto. En las cartas se puede ver cómo Margarita vivió, a grandes rasgos, el duelo de los hijos que se le murieron en el exilio, pero evidentemente en la novela profundizo esos sentimientos y hablo de cómo se murieron,  y también es lo que permite la ficción histórica. Permite reconstruir y hacer más grande estos momentos.

¿Quién es Benito Juárez a través de los ojos de la Margarita Maza que creaste?

Es muy curioso porque los vemos juntos y pensamos que tenían esta misma ideología y a pesar de todo había momentos en la novela donde tienen desacuerdos políticos, donde Margarita piensa diferente.

Me pareció interesante que el lector viera a Margarita como alguien con un pensamiento propio, entonces a veces discuten, vemos también y me gustó mucho cuando se están enamorando y vemos a este Benito Juárez que la está enamorando, es parte de lo que uno va encontrando que creo que sí aporta mucho al personaje cómo eran en su vida diaria, cómo se comportaban, como marido y mujer. En las pinturas y las fotografías parecen una pareja mucho más solemne pero era una pareja más cotidiana, más relajada.

¿Con qué aspectos interesantes te topaste sobre la Reforma y la Intervención en tu investigación?

Descubrí la labor que tuvo Margarita durante este periodo, cómo organizó tertulias y obras de teatro para juntar fondos para las viudas y los huérfanos, algo que no se cuenta mucho en la historia de México, las consecuencias que dejan estas grandes guerras. Ella se preocupó por estos sectores de la población.

Y también por la labor diplomática que hace. Se reunió con el presidente de los Estados Unidos, Andrew Johnson, en la Casa Blanca y estuvo platicándole cómo estaba la situación en México y le pidió que le ayudara a presionar a Francia para que retirara las tropas, eso es algo que encontré que se conoce poco.