La Secretaría de Salud y la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que los cubrebocas quirúrgicos no protegen del coronavirus, pues las partículas que se esparcen por el aire tienen un tamaño menor a una micra y pueden atravesar la tela fácilmente.

Desde que inició la ola de contagios en China, las personas comenzaron a usar cotidianamente los cubrebocas en un intento de protegerse de la enfermedad.

Sin embargo, Christine Francis, consultora en Prevención y Control de Infecciones de la OMS, señala que “las mascarillas no protegen contra el coronavirus cuando es lo único que se usa. Debes combinarlas con higiene de manos”.

Lo que sí pueden evitar es la propagación de virus y bacterias, pues actúan como una barrera entre la saliva y los fluidos nasales y el exterior. Por ello, los organismos de salud indican que solo personas con síntomas como fiebre, tos y dificultad para respirar, personal de las clínicas y cuidadores de pacientes con enfermedades respiratorias pueden utilizarlos.

Jonathan Ball, profesor de virología molecular en la Universidad de Nottingham, aseguró que las mascarillas pueden ser tan efectivas como un respirador si se usan en el ambiente adecuado y de la manera correcta.

“Sin embargo, cuando uno ve los estudios que analizan su efectividad en la población en general, los datos son menos convincentes: es todo un desafío mantener una mascarilla durante períodos prolongados de tiempo”, explicó.

Los cubrebocas no tienen filtros, ni se amoldan perfectamente al rostro y dejan los ojos al descubierto, que pueden ser una entrada potencial del virus si se toca la cara y, según un estudio publicado en 2016, las personas lo hacen 23 veces por hora.

¿Cómo protegerse?

·         Lávate frecuentemente las manos con agua y jabón o usa gel desinfectante.

·         Tose en pañuelos desechables o en el ángulo interno del brazo.

·         No te toques ojos, nariz o boca si no te has lavado las manos.

·         Evita las aglomeraciones y el contacto con personas enfermas.

·         De ser posible, quédate en casa.

El dato: las mascarillas se inventaron para uso en hospitales a finales del siglo XVIII, pero la pandemia de gripe española en 1918 impulsó a la población en general a utilizarlas.