Que surja un nuevo amanecer, luego de la impunidad…

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Que surja un nuevo amanecer, luego de la impunidad…

Era un caballero. La última vez que lo vi, una noche pasada por la lluvia, estaba presente en el estreno de la obra de su hijo Jorge Luis. Feria, como le llamamos quienes lo conocemos utilizando su apellido, se estrenaba como director de una obra de teatro, “La Danza de los Patos”.

Esa noche, Jorge Luis mostraba el drama de los niños de la calle, un drama, como escribí entonces, oculto a la vista de la sociedad. Millones de niños en el mundo, decía quien esto escribe en aquel agosto del año pasado, que viven en la calle, protagonizando escenas que se repiten incesantemente. Son los niños migrantes, los indígenas que hacen piso fuera de los establecimientos comerciales de nuestra ciudad o viven, como lo mostraba Jorge Luis, en el entresuelo de una sociedad que los ignora o los desprecia.

A Jorge Luis, a su esposa y a su hermano y demás familiares, nos toca ahora dar nuestro pésame por el deceso de tan querido médico, don Antonio Luis Feria, fallecido la madrugada del pasado sábado en un accidente automovilístico en las calles Reynosa y Venustiano Carranza, de nuestra ciudad.

El doctor Antonio Luis Feria era un ser bondadoso, cuyo trato era de una caballerosidad natural. Quienes lo conocimos sabemos de su don de gente, de su sensibilidad y cariño a cuanto paciente trataba y con quienes lo rodeaban. Ginecólogo de profesión, a minutos antes de traer al mundo a los pequeños, su tranquilidad contagiaba a las madres.

Provoca una enorme tristeza, cargada de indignación, escribir estas líneas refiriendo su muerte provocada a causa de un hombre alcoholizado que no respetó el semáforo en rojo cuando circulaba de sur a norte por el bulevar Carranza. ¿Hasta cuándo impunemente circulará gente alcoholizada por las calles de Saltillo?

El fin de semana también se despertó la ciudad con la noticia del feminicidio en Alondra Elizabeth Gallegos, la joven reportada como desaparecida hace unos días. Levantar las voces para terminar, sí, terminar con las agresiones a las mujeres es una acción que debe involucrar ya a la sociedad mexicana en general, pero a Coahuila y Saltillo también en lo particular.

En este caso, asimismo: ¿hasta cuándo parará esta andanada? ¿En qué momento la sociedad se pudrió a tal modo para que la información remita constantemente a muertes ocasionadas por la irresponsabilidad, la ferocidad y la impunidad?

Alondra, como Alexa, como Jessica, mexicanas muertas en esta semana, merecen que las recordemos y las tengamos presente en esta lucha en contra del abuso y los asesinatos de mujeres. En defensa de la integridad, de la dignidad, en defensa de la vida.

Emprendamos, es indispensable, un programa social que sane a la sociedad. Lo que hizo nuestro querido amigo Jorge Luis al dirigir la obra “La Danza de los Patos” era, es, precisamente una propuesta dirigida a poner, donde parecía no la había, la luz de la esperanza. Que tanto necesitamos.

Dolorosas líneas las de este trabajo. Muy dolorosas al hablar de muertes que no debieron haber ocurrido. Que no deben quedar impunes. Que la sociedad abra nuevos caminos, que la autoridad cumpla con su obligación, y que seamos capaces de andar esos caminos con la alegría y la sonrisa que nos dejaron seres tan bellos y amados como lo fueron el doctor Antonio Luis Feria y Alondra Elizabeth Gallegos, y muchos como él y como ella.

Hay días que parecen noches interminables. La demanda es que, de una vez por todas, brille la justicia.