¿Qué significa “Halloween”?

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¿Qué significa “Halloween”?

Se celebra el 31 de octubre como Fiesta de Todos Santos

En Chile y en varios países de Latinoamérica ya se le restituye a esta festividad su origen de víspera en que se recuerda a todos los bienaventurados, cualquiera que sea el nombre que tengan. Es el día en que nadie queda excluído, y aquellas personas cuyo nombre no aparece en el santoral; este es el día en que recuerdan que ellos pueden estar también en la lista si sus virtudes heroicas lo logran.

En aquel país del cono sur del subcontinente, a los niños se les viste de príncipes y santos, y a las niñas de ángeles, princesas o santas. Salen al vecindario a tocar puertas y a regalar estampitas y a desearles a todos una feliz celebración de la fiesta del día Primero de Noviembre. Reciben los acostumbrados dulces.

Pareció una imitación extralógica de la onda de disfraces tétricos y embrujados, hogueras y ambiente de horror que viene de celebraciones paganas. Se fomenta el susto y se hace una revoltura de regocijo sarcástico y miedo artificial.
En el mundo cristiano de la fe, este viraje luminoso hace que la chiquillería participe en eso que la palabra Halloween significa. Es una contracción que se traduce: “La víspera de los santos”. Toda la parafernalia importada del mundo tenebroso de un paganismo impulsor de lo horripilante, tuvo su auge por la comercialización de todos los símbolos, disfraces y objetos horrendos.

Acá se ha querido hacer una especie de contrapeso, oponiendo la esquelética Catrina -que no pocos confunden con ese absurdo que llaman Santa Muerte- y telescopiando las festividades al enfrentar la del día siguiente, que es, precisamente, la de los Fieles Difuntos. Y para acentuar lo vernáculo, se le da auge a los altares con las evocaciones de las preferencias y gustos gastronómicos de imaginarios espíritus  que, por cierto, ya no pueden disfrutarlos.

Es ley del pueblo (léase “folklore”). Del norte nos viene ese día para popularizar lo horroroso. Y acá reforzamos lo propio con algo parecido, salpicado con un tinte de elegancia frustrada que es la esencia de lo cursi.

Son derivaciones garabateadas del festejo vesperal de los bienaventurados y del que sigue después, y que invita a la oración por los que aun requieren purificación para cambiarse al grupo de los que gozan de gloria.

Es la bisagra entre octubre y noviembre que continuará con el estreno invernal del frío retrasador de las manecillas del reloj... ¡Feliz Víspera de Todos Santos! y después, mientras la plegaria sube al cielo, podremos reír mexicanamente con el cruel y cáustico amor de las famosas calaveras de verso rimado...
La Víspera de Todos Santos